Con el correr de las semanas, y hasta de los meses, el encierro y el aislamiento se le van haciendo cada vez más duros y pesados a los participantes de Gran Hermano, sobre todo a los que están desde el primer momento sin siquiera romper la falta de contacto "con el afuera", salir y volver a ingresar como sí sucedió con algunos de ellos.
Por eso, bien les hace para sobrellevar el paso del tiempo y canalizar el extrañar el hecho de recibir alguna que otra visita, mensajes, comunicarse a menudo con Santiago del Moro por una pantalla o el congelado donde, si bien no pueden interactuar, se reencuentran con afectos.
Y fue en el caso de Juliana Scaglione, Furia, que la doble de riesgo encontró contención y compañía nada más y nada menos que en un muñeco de peluche que encontró en la casa y que adoptó como mascota. Intrigado por el origen del vínculo, fue Darío Martínez Corti quien le preguntó a su compañera al respecto.
Sentado en la galería de la casa, el vendedor de autos lanzó: “Ese reno, qué gracioso”, a lo que Furia le contestó “No es mi mascota, es mi hija. Tiene poderes, el de la gente”. Asimismo, la mujer de cabeza rapada procedió a relatar: “Cuando llegamos estaba ya el árbol de Navidad y habían dos renitos”.
"CARIÑO" ES LA PRINCIPAL "ALIADA" DE FURIA
“Entonces, siempre agarraba y me iba con eso. Extraño a mi gato, yo estoy todo el tiempo con él. Y como nos generaba cariño, le pusimos Cariño”, continuó Juliana en tanto la producción editó un tierno video donde se la ve cuidando, bañando y compartiendo la estadía con el muñeco.
“¡Qué gracioso fue cuando lo tiramos con los globos”, acotó Darío. Por lo que Furia agregó: “Mal. Nunca pensé que se iba a ir volando. Eso fue épico y Bauti, posta, yo le vi la cara. Me miró como diciendo ‘Juli, no’. Lo hicimos para reírnos pero sufrimos. Si se iba mi suerte iba a cambiar. Así que menos mal que volvió”.
