Y un día volvió MasterChef, aunque en una versión sin famosos y sobre todo con la novedad de la designación de Wanda Nara como host, aunque el primer capítulo se configuró con la guía de los tres jurados. Justamente, Germán Martitegui protagonizó uno de sus típicos episodios incómodos.
En esta ronda de una especie de casting, con la examinación de varios participantes para dictaminar quiénes seguían en carrera, el chef se trenzó con uno de los aspirantes, con una frase muy tajante, imperativa, fiel a los comportamientos del reconocido chef.
Todo se enroló en la preparación de Rodrigo, que con un lenguaje corporal de mucha educación y sobre todo emoción explicó su plato: “Son unas albóndigas con corazón de coliflor con un puré de papa que va a tener crema y romero”.
Damián Betular cortó esa actitud muy positiva y amorosa del participante y le exclamó: “Tenés cinco minutos, poné primera porque no vas a llegar”. Y luego le consultó: “¿Y por qué te anotaste en MasterChef?”. Así, el joven abrió su corazón de par en par: “Porque amo cocinar y porque los amo a ustedes tres, ¿está mal que lo diga?”.
QUÉ DURA FRASE LE DIJO MARTITEGUI A UN PARTICIPANTE
Martitegui se impacientó con el modus operandi del cocinero amateur y le preguntó con tono adusto: "¿Y las albóndigas?”. Rodrigo entró en un estado de nerviosismo y les confesó el motivo de su retraso: “No esperá, no me pueden quedar dos minutos. Tengo que hacer la mayonesa de calabaza”.
Los tres jueces del certamen le reclamaron que se apure, ante lo cual el concursante se justificó: “Con ustedes adelante hablando es difícil chicos”. Al escuchar esa argumentación, Germán acudió a sus modismos imperativos y le gritó: “¡No contestes’”. Así demostró su escasa empatía, aunque después terminaron por aprobarlo y le calzaron el delante para seguir en competencia.
