Cuando se conoció la noticia de la muerte de Débora Pérez Volpin nadie podía creerlo. Las dudas no tardaron en surgir. ¿Se trataba de un rumor falso? ¿De una pésima broma de Twitter? No, la tragedia había ocurrido. La queridísima periodista y legisladora había fallecido, a los 50 años, mientras era sometida a una endoscopía, en el Sanatorio de La Trinidad, de Palermo. Débora había llegado a la clínica el lunes 5. Unos fuertes dolores abdominales la habían hecho acercarse hasta la consulta. “Chicos no se asusten, estoy internada. Me voy a hacer una endoscopía porque me duele mucho el abdomen”, fue el último mensaje que les envió a sus compañeros de bancada.
Según explicó su amigo y colega, Guillermo Lobo, el lunes, cerca de las 15.30, Débora le envió un mensaje. "Me pidió el celular de La Trinidad y un rato después vi un mensaje que decía que ya lo había solucionado. Le pregunté qué necesitaba y me dijo que me despreocupara: no la noté asustada ni preocupada por ese dolor que sentía. Y Débora sabía de salud, se crió con un médico", dijo al referirse a la condición de médico del padre de Pérez Volpin.
La periodista llegó al Sanatorio acompañada por Marta, su mamá, quien cerca de las 17.30 del martes 6, media hora después que comenzara el estudio, se encontró con Agustín y Luna, los hijos de Debora. "Un médico salió y les dijo a Marta y los chicos que había habido una complicación en el estudio", explicó Melina Fleiderman, actual pareja de Marcelo Funes, padre de los hijos de Pérez Volpin y periodista de C5N.
"Débora iba a hacerse estudios de rutina para ver por qué le dolía la boca del estómago, y le recomendaron que se internara para estar más cómoda. Entre esos estudios había una endoscopía, que le adelantaron porque su dolor se volvió más intenso", detalló. Fue la mamá de la legisladora quien se comunicó con Enrique Sacco, pareja de Débora, para avisarle que el estudio se había complicado. "Cuando Quique llegó a La Trinidad, a donde tenía previsto ir a buscar a Débora para llevarla a la casa, salieron a darles la noticia", relató Fleiderman.
Conmocionado, Sacco no dudó y pasada la medianoche se presentó en la comisaría correspondiente a la jurisdicción del Sanatorio y denunció lo ocurrido. Allí explicó –tal como le informaron en La Trinidad- que Débora se había descompensado durante la endoscopía, que no había logrado reaccionar a las maniobras de reanimación y que un paro cardíaco había sido el motivo de su fallecimiento.
La causa fue caratulada como muerte dudosa, pero más tarde el Juzgado Criminal y Correccional 57, cambió la carátula a homicidio culposo, razón por la cual el Juez Gabriel Ghirlanda ordenó el allanamiento a la clínica, de donde se llevaron la historia clínica e Débora, la hoja de guardia y el libro de enfermería.
La anestesista que participó del procedimiento, Nélida Inés Puente, se presentó de forma voluntaria para autoimputarse. "Desde el punto de vista anestésico estuvo todo impecable, pero algo ajeno a esta actividad se produjo: esto tiene que ser motivo de una averiguación judicial", explicó Eduardo Gerome, abogado de Puente.
La sonrisa siempre franca de Debora. Se fue una gran mujer.
Sus días en el aire de TN fueron hermosos.
Su familia quiere que se investigue la causa a fondo.
