Gran Hermano ingresó en su recta final, en la desembocadura de esta exitosa temporada, que se estrenó en el lejano octubre. Apenas cuatro participantes continúan en carrera por el premio gordo, casualmente los que nunca salieron de la casa.
En estos momentos de alta tensión, en los que cualquier detalle puede significar un desliz y perder la continuidad, Julieta estalló de miedo, de pavor, de terror por una situación muy extraña, sin explicación lógica que padeció, o que en realidad descubrió durante la noche.
Tras evitar la eliminación, Disney se predispuso a desarmar la valija y en ese accionar se topó con un objeto desconocido. Por eso gritó:“Parece un gualicho mal. Este palito no vino de acá adentro y este material para atar no lo tenemos”. Ante lo cual Nacho le exigió: “Basta Julieta, no me gustan estas cosas”.
Preocupada al extremo por esa especie de “brujería”, Julieta continuó con su análisis: “Esto me lo mandó alguien para mí. No es normal, estaba escondido en el cierre”. Convencida que le jugaron una maniobra espuria, con la intencionalidad de dañarla.
JULIETA ATEMORIZADA POR UN GUALICHO EN SU CONTRA
“Nunca abro ese cierre. Hoy metí las medias ahí y no estaba. Pero cuando las fui a sacar veo ese palito”, añadió. Y sobre la decisión que tomó al respecto, Julieta manifestó: “Lo tiré a la mier... y ahora tengo miedo de que me traiga mala suerte por haberlo tirado”.
Esa charla sorpresiva, que nadie imaginaba, subió de temperatura cuando Castañares le bramó: “¡Basta, no me gustan esas cosas! Es tu gualicho, no el nuestro”. El blondo lanzó una teoría sobre un posible culpable de este gualicho y exclamó: “Ariel siempre tenía esas cosas raras”.
