La guerra entre la China Suárez y Benjamín Vicuña sumó un nuevo y explosivo capítulo. Todo comenzó cuando el actor chileno decidió revocar el permiso que le permitía a sus hijos, Magnolia y Amancio, viajar a Turquía junto a la actriz y su actual pareja, Mauro Icardi.
La medida cayó como un balde de agua fría no solo para la China, sino también para los chicos, que ya tenían planes armados. Y si algo caracteriza a la actriz, es que no se guarda nada, a través de un extenso y duro descargo en sus redes sociales, decidió contar su versión con una canción muy polémica y apuntó directamente contra su ex.
“El papá del año”, escribió con ironía en referencia a Vicuña. A partir de ahí, desplegó una seguidilla de acusaciones que dejaron al descubierto una relación marcada por el abandono, las infidelidades y el sufrimiento emocional. Contó que, mientras estaba embarazada de su hijo, él le fue infiel.
Además que la dejaba sola cuidando a los chicos, que se iba de fiesta y apagaba el teléfono, incluso cuando ella tenía COVID: “Me dejaba tirada dando la teta”, relató. Pero reveló algo nunca dicho públicamente: “El hombre que me hizo conocer la medicación psiquiátrica, porque era eso o morir de tristeza y ansiedad”.
También lo acusó de mostrar una imagen falsa como padre: que en siete años no llevó a sus hijos de viaje, que no sabe ni cuál es el juego favorito de su hijo, y que sólo se saca fotos para sostener una imagen: “Cuando están en su casa, están todo el día frente a la TV con una niñera por cada hijo”, apuntó.
Mirá También

La drástica decisión de Benjamín Vicuña sobre la mudanza de sus hijos con la China Suárez a Turquía
En su descargo, la China también expuso cómo esta situación afectó a su maternidad y su autoestima. Dijo que durante años aceptó “migajas”, creyendo que no merecía más. Pero ahora, dice, está fuerte: “Te metiste con mi maternidad, hasta acá llegaste”, lanzó, marcando un límite claro.
Finalmente, sostuvo que Vicuña revocó el permiso de viaje “dos días antes” por celos y envidia, y que eso fue un golpe innecesario para sus hijos. “Nunca te importaron las faltas, o al menos eso me dijiste siempre”, cerró. Su posteo no sólo fue una descarga emocional, también fue un grito de basta.





