A Marina Calabró le pasa lo que a la mayoría de las mujeres con hijos que trabajan: siempre hay momentos en los que los dos universos chocan y las dejan girando en falso y sintiendo que no pueden responder como quisieran en ambos frentes.
Sobre ese tema ahondó Calabró en una nota con Infobae en la que contó cómo es su día a día con Mía, su única hija con Martín Virasoro, que ya tiene 13 años. “No soy todo lo presente que quisiera, porque a veces no me dan los tiempos. Estoy tironeada”, reconoció Marina.
Sin embargo, la columnista de Lanata sin filtro que no quiere trabajar en LAM aseguró que aunque esté tapada de trabajo, siempre se hace “un rato para la escucha”. “Puedo estar armando la columna o buscando temas para el noticiero , y si viene Mía a plantearme algo, si llega del club o del colegio, dejo el celular y hago el stop”.
Marina contó que siempre se sienta a escuchar cómo fue el día de su hija, si tiene alguna inquietud, si tiene alguna preocupación, si está bien, si está mal, como dijo, “a semblantearla un poco”. Y que cuando llega el fin de semana, no hay excusas para no dedicárselo a ella.
LOS FINES DE SEMANA DE MARINA CALABRÓ
“Estoy recontra presente con ella. Y un poco ya por la edad, porque tiene 13, es chica para un montón de cosas, necesita de mí para que la lleve, la traiga; no es que se maneja con autonomía. Quizás de día va al club caminando, pero estoy para ella todo el tiempo”, aseguró.
Marina señaló además que continuamente aprende la sensibilidad de Mía, “de su empatía y su registro del otro”. “Ella todo el tiempo es el cable a tierra porque es recontra sensible, porque está atenta a todo lo que pasa. Las cosas de la familia, de sus amigas”, dijo.
“Es muy empática y muy atenta al afuera, y eso a mí siempre me impacta porque me interpela. Y trato de inculcarle libertad. Nosotras tuvimos una crianza un poquito más de soga corta, con mi viejo, de control”, recordó Calabró sobre cómo eran las cosas en su casa con su hermana Iliana.
