Hace cuatro años, Luis Ortega y Mía Flores Pirán se conectaron, cayeron bajo los influjos de un flechazo poderoso y le dieron vía libre a las emociones. El amor creció, maduró y evolucionó hasta transmutar en la llegada al mundo de Ramsés.
La hija de Ginette Reynal y el hijo de Palito Ortega construyeron una familia, una historia de amor. No obstante, algo se modificó en la dinámica de la pareja y en la actualidad tomaron la decisión de separar sus caminos, de finalizar el lazo.
Toda esta novedad brotó a la luz de la mano de Ginette, que en su visita a Flor de Equipo para promocionar su incorporación a Sex, soltó que Mía se mudó a su hogar con su nieto, debido a un alejamiento en el noviazgo con el director de cine.
Ante la consulta sobre cómo podría conjugar su vida con las giras de la obra de teatro, la actriz reveló que Mía modificó su realidad al explicar: “Estoy preparada para ir de gira, mis hijos varones grandes viven afuera, la que vive conmigo es mi hija que está separada con mi nieto”.
Rápidamente esa confesión generó sorpresa en el panel del ciclo, hasta Denise Dumas le preguntó: “¿Se separó? No sabíamos nada”. Acto seguido, Reynal le imprimió un tono de desdramatizar y narró: “Ellos lo dicen, porque están muy bien, en buenos términos. Son una familia maravillosa, la tratan bárbaro”.
Reynal aportó más datos del presente de su hija con Luis al manifestar su postura: “Me da pena, aunque nunca se sabe, que no hayan podido resolver su tema de pareja. Él es un excelente padre”. Evidentemente, Mía y Ortega tomaron una distancia y direccionaron sus GPS en diferentes latitudes.
