Enorme debe haber sido la furia y el dolor de Verónica Soldato al encontrarse con las pruebas de que su pareja de 27 años, el padre de sus hijos, le había sido infiel sistemáticamente con distintas mujeres.
La suficiente para tener la sangre fría para buscar el contacto de Ángel de Brito en su celular, regalarle tremenda bomba farandulera y destrozar, de la noche a la mañana, la imagen de padre de familia y marido ideal a lo "Ned Flanders" de Horacio Cabak.
¿Y cómo se tomó Cabak que su mujer, cultura del bajo perfil y de la vida reservada, (al igual que él), se haya animado a hacer pública su crisis matrimonial con esta jugada maestra de mujer despechada?
A la vista de lo que dijo en Polémica en el bar, con templanza. "Fue una reacción, un ´le pego a donde más le duele´, que es el trabajo”, opinó Mariano Iúdica la semana pasada, mientras en la mesa (100 por ciento masculina), intentaban darle un marco de comprensión al bochorno épico de su compañero.
"Yo nunca voy a hablar de mi vida privada. No tengo un solo reclamo para hacerle a mi mujer”, aseguró Cabak, contundente sobre su compañera, sabiendo que le espera un largo camino si su intención es ser perdonado.
"Yo nunca voy a hablar de mi vida privada. No tengo un solo reclamo para hacerle a mi mujer”.
Y, luego, cuando Flavio Azzaro le preguntó si era la primera vez que Soldato lo ponía “en una situación así”, Horacio le respondió sin vueltas: “Sí, pero mi mujer no me está poniendo en ninguna situación de nada… Y les pido una cosa, dejemos a mi familia afuera de esto".
