Tranquilo, con un ritmo cansino y reflexivo. Marcos ha transitado por la casa más famosa con sus rasgos de personalidad peculiares, como la pasmosa paz y agrado por el silencio. No obstante, en los últimos días cayó en un estado emocional complejo.
Desde el ingreso de su hermana a Gran Hermano, el salteño abrió un poco más su corazón y se largó a llorar, por diferentes motivos, que se considera se vinculan con extrañar a sus padres y sufrir del prolongado encierro, voluntario, en el reality.
En las últimas horas, Valentina encaró al norteño por notarlo muy mal de salud, desde su pérdida de peso, hasta una angustia galopante. “Cuando viniste fue como que me agarró mucha felicidad, pero a la vez también muchas ganas de ver a mamá y a papá”, confesó Marcos.
Y como nunca antes admitió problemas para conciliar el sueño: “Me quedo adentro de la cama pero no puedo dormir, me tengo que empezar a dormir más temprano”. Frente a esa revelación, Valentina le aconsejó: “Tratá de dormir más y si te sentís así, no hagas ayuno... Lo de no dormir puede ser por muchos pensamientos”.
Así se produjo una confidencia del salteño: “Estoy disfrutando mucho de los mensajes que me trajiste, aunque a veces te sentís con mucha energía y otras veces, con poca. Pero creo que siempre hay que tratar de ver lo mejor, pensar más en positivo”.
La joven que vive en Francia, y que se dedica a la enseñanza del español, reconoció que teme por Marcos: “¿A veces te vienen pensamientos negativos a la cabeza?”. Lo que se profundizó con una opinión de su preocupación: “Siempre te vienen pensamientos negativos, el tema es reemplazarlos por los positivos. Siento que no estás bien”.
