La muerte de Gerardo Rozín conmocionó el mundo del espectáculo. El conductor y periodista tenía un tumor cerebral y decidió pasar sus últimas horas de vida acompañado de su familia y su círculo íntimo.
Rozín no habló abiertamente de su enfermedad sino que le advirtió a algunos de sus amigos más cercanos que le quedaba poco tiempo de vida y, en alguna forma, despedirse de ellos. El miedo más profundo del conductor de La peña de Morfi se hizo real y había hablado de eso en una entrevista.
Hace un año, el conductor se enteró de su enfermedad y sorprendió al aire con un anuncio: "Me voy a tomar una licencia. Ando con unos problemas de salud, que afortunadamente pintan bien y son arreglables. Nada más grave de lo que por suerte pudo ser, pero que requiere hacerme estudios y trabajar en el asunto".
Sin embargo la enfermedad avanzó y hace unos días se llevó a uno de los conductores más queridos. Su mayor miedo era morir joven y de cáncer, ya que varios integrantes de su familia murieron por eso.
En una charla íntima con La Nación, Rozín habló de sus hijos. "La nena está sana, el nene está bien. Son cinco segundos de mirarlos y que me dan orgullo", reflexionó.
Lo que sorprendió es su respuesta cuando le preguntaron por su mayor miedo: "Mi peor miedo es morirme de joven. Mi peor miedo es el cáncer. Buena parte de mi familia se la llevó el cáncer. Mi mamá, su hermana, mis cuatro abuelos".
"Tengo muy presente de qué se trata todo el proceso. El momento en que te enterás, después parece que levanta. Es algo que tengo demasiado aprendido. Ese es mi miedo", cerró.
