Con el trabajo de todos los años y la fama que adquirió a lo largo de su amplia carrera tanto en televisión como en libros y en restaurantes, Maru Botana logró construir junto a su esposo Bernardo Solá, ingeniero agrónomo, una hermosa y enorme casa ubicada en uno de los countrys más exclusivos de zona norte.
Según reveló el sitio Ricos y Famosos en su cuenta de Twitter, el hogar de la cocinera posee un terreno de más de 1000m2, de los cuales 495m2 están cubiertos, siendo el resto un espacio de parque rodeado de árboles y naturaleza.
La casa está ubicada en un lugar estratégico cerca de las canchas de tenis y las áreas comunes del barrio cerrado, y está valuada en en u$s 1,8 millones de dólares. Fue construida por el matrimonio hace ya algunos años, pensando que en un futuro -y así lo fue- pudieran armar una familia numerosa.
La idea de la construcción era lograr un espacio de paz y armonía, y es por eso que cuenta con un estilo provenzal tanto en su exterior como en su interior. La entrada principal tiene una pequeña galería sostenida por dos imponente columnas, y dentro, hay un hall distribuidor que lleva a los distintos ambientes.
Según las imágenes que publió el usuario de la red del pajarito, el living principal se muestra sencillo, y tiene una pequeña chimenea que brinda sensación de hogar junto a dos sillones centrales de tres cuerpos y algunos pufs que acompañan, todos alrededor de la mesa ratona en donde descansan algunos floreros y decoraciones.
Todos estos muebles están hechos en colores neutros que combinan a la perfección con el tono de las paredes. En un rincón, además, hay un espacio de lectura con puertas corredizas que permiten dividir ambiente.
Si se continúa el recorrido, aparece como lugar favorito el comedor diario, el cual es el espacio más usado por la familia y posee una gran mesa junto a varias sillas de madera, y una conexión directa con la cocina a tráves de un gran ventanal interno.
Por su parte, la cocina es amplia aunque no tiene medidas exageradas como sí otras casas de famosos. Presenta un estilo clásico con muebles en color crudo que continúan con la armonía del resto del hogar. También cuenta con dos piletas, dos hornos, una gran heladera y una gran isla central donde suelen hacer la tarea los hijos más chicos mientras Maru cocina.
A pesar de que Botana declaró en varias oportunidades que ella se encarga de todo, cuenta con la ayuda de tres empleadas domésticas que realizan las tareas de la limpieza y asisten a los siete chicos. Pero a modo de enseñanza, la cocinera obliga a sus hijos a que laven los platos.
Si se sigue el tour por el interior de la casa, se llega al comedor principal, el cual es el ambiente más formal dentro del terreno. A pesar de que mantiene el mismo estilo sobrio que las demás habitaciones, existe una mesa de madera natural como protagonista absoluta, a la cual abrazan varias sillas de comedor de color crudo. La luz que ingresa a este sector proviene en su mayoría de los enormes ventanales que apuntan al jardín y permiten el ingreso del sol.
Por otra parte, la familia de Maru se divierte en el playroom, el cual funciona como un segundo living de la casa y es el espacio donde los chicos suelen recibir a sus amigos. Cuando no hay reuniones, los jóvenes lo usan para mirar televisión y es el lugar central de los juguetes.
El quincho es otro de los espacios más usados, y es una extensión de la galería principal pero posee un cerramiento para evitar conflictos con las inclemencias, y allí descansa una gran parilla con cerramiento, acompañada de una pileta para lavar los platos. Además, para que los comensales disfruten de las comidas, hay una gran mesa con bancos para 16 personas.
Desde su redes sociales, Maru siempre mostró su fanatismo por el ejercicio físico y por moverse desde las altas horas de la madrugada, y es por eso que arranca su rutina saliendo de la cama a las 4.30 am, y utiliza el espacio del quincho para hacer sus actividades.
Del otro lado, el contrafrente de la casa muestra una amplia galería con un living exterior, el cual está decorado con sillas y mesas de ratán; y en la planta superior hay dos balcones que provienen de los cuartos con vista al parque.
El jardín tiene en total 400m2 y cuenta con árboles, muchas flores y plantas, un sector para el fogón y varias hamacas. Además, está pensado como lugar de entretenimiento de los chicos: Hay toboganes, mesas para hacer picnics con amigos y hasta un toro mecánico. Por su parte, la piscina es pequeña pero profunda y cuenta con un espacio de solárium con cinco reposeras para descansar y tomar sol.
Dentro del enorme parque, la cocinera cuenta con una huerta especial que mandó a construir hace algunos años atrás, donde cosecha todo tipo de verduras en grandes cajones de madera. También armó un sector de piedritas para cocinar al aire libre con un fogonero y un horno especial para usar con carbón.
Una de las características más llamativas de la edificación es que la conductora colocó en todas las ventanas un sistema de cortinas roller hecha a modo mosquitero, las cuales durante la mañana se levantan para apreciar la vista y por el atardecer se bajan para evitar el ingreso de los mosquitos u otros insectos.
Si se reingresa a la casa y se visita el piso superior, se puede observar la habitación de Maru y su esposo, la cual se muestra sencilla pero cuenta con algunos toques románticos con objetos de flores y rosas.
No obstante, para sus siete hijos, la casa no tiene tantos cuartos y los hermanos duermen juntos, divididos en habitaciones entre mujeres y varones. Pero sí existe un cuarto para los pequeños invitados con cinco camas, un baño y un mini playroom.
Los baños de la casa también mantienen el estilo provenzal simple pero muy cuidados, aunque el lavadero en donde se cuelga la ropa de toda la familia se muestra un tanto desordenado por el caos de cada día.
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