No alcanzan todos los términos del diccionario para describir semejante acontecimiento. Un episodio que millones de almas nunca desearon que llegara, pero lamentablemente esa fatídica jornada arribó.
Este 26 de noviembre atravesará todos los libros de historia como el día del funeral de Diego Maradona, nada más y nada menos, que apagó su brillosa luz a los sesenta años de edad.
Un jueves repleto de emociones, con cada uno de los procesos que tuvieron lugar, como el velatorio multitudinario en Casa Rosada, la peregrinación imposible de mensurar de fanáticos a Plaza de Mayo, las lágrimas desconsolada de familiares, hijos, hermanos, amigos y celebridades.
La pasión de miles de ciudadanos, y ciudadanas, en las inmediaciones a la casa de gobierno y en todo el trayecto hasta el cementerio privado Jardín Bella Vista, con hordas de almas en las laderas de la autopista para darle el último adiós al mayor ícono del país.
La ceremonia final del funeral de Diego dispuso de un responso íntimo, al que accedió un grupo reducido de seres queridos, se estima en unas 25 personas, que fueron autorizadas expresamente por Claudia Villafañe.
En ese compendio estaban los seis hermanos de Diego, dado que Hugo no pudo llegar al país desde Europa, Ana María, Rita, Elsa, María Rosa, Claudia y Lalo; los hijos Dalma, Gianinna, Jana y Diego Fernando; además de Verónica Ojeda y algunos sobrinos.
Fiel a la explosividad que siempre generó en la gente, las inmediaciones al jardín de paz se inundaron de muchísimos individuos, empujados por el sentimiento, por esa pulsión indescriptible de estar en ese lugar, de tratar de gritarle gracias.
Como un guiño del destino, el sol se escondió en el horizonte durante del duelo para darle paso al atardecer, lo que se erigió en una escenografía aún más emotiva.
El silencio se apoderó de ese momento de respeto, de despedida definitiva, con las personas que lo aman y que marcaron su camino por este plano. Justo el silencio en una jornada que se caracterizó por el ruido, por los cánticos, por los alaridos de desgarro.
IMÁGENES: CARLOS GONZÁLEZ , ALEJANDRO CARRA Y FABIÁN USET.