Leo Sbaraglia es sin dudas una de las figuras más importantes de la industria artística de nuestro país. Siendo un gran representante argentino en todo el mundo y dueño de enormes éxitos dentro de su carrera, no todo dentro de su vida está lleno de flashes y experiencias felices. Un ejemplo de esto último fue el complejo episodio que vivió en México.
Con motivo de su nueva película Asfixiados, la cual protagoniza con Julieta Díaz, Natalia Oreiro, Marco Antonio Caponi, Zoe Hochbaum y elenco, Sbaraglia se encuentra como parte de una ronda promocional de su nuevo filme, lo que le deja poco tiempo para su novia.
A través de una entrevista, el actor se abrió a un interesante intercambio en el que habló de su experiencia, sus múltiples proyectos y sus diferentes viajes por el mundo. La pregunta surgió cuando le preguntaron por si tenía alguna residencia fija en México o España, algo que reflejó la experiencia que tuvo en el país azteca.
Fue entonces cuando Leo sacó a flote la experiencia que tuvo en México, con problemas que le surgieron por llevar arroz. Al principio la periodista le consultó si era verdad que lo habían detenido en el aeropuerto por este tema, aunque luego el artista aclaró la situación.
"No me detuvieron: me quitaron cinco kilos de arroz yamaní. ¡¿Con qué derecho?! No hablemos de las cosas que entran y salen de México... No quiero acusar a nadie, pero no podés entrar cinco kilos de arroz. Y además no lo encontrás allá ese arroz", destacó Sbaraglia.
Y agregó que esto fue "llegando a México". Y continuó con la historia: "Saliendo de Ezeiza nadie me dijo nada. Llevé los paquetes, porque no sabía con lo que me iba a encontrar. A veces, la primera noche no tenés qué comer y siempre un arrocito viene bien. Siempre pido arroz, no es que pido un champagne. Pido una arrocerita de esas chinas o japonesas que encontrás en el barrio chino. Todo muy humilde".
"Yo a último momento consulto a Ramón (su representante) si me pueden poner en la casa una arrocerita. Lo que estoy pidiendo ahora también es un mat de yoga, que en el mejor de los casos a veces te lo regalan; pero la arrocera no, esa siempre queda en España", sumó Leo entre risas.
Para finalizar, resumió la anécdota sobre cómo lo confiscaron y contó una broma que le hizo al personal de seguridad del aeropuerto mexicano. "Apenas llegamos me revisaron la maleta y me dijeron que eso no podía entrar porque no estaba cocido. ¡Es ridículo! ¡Es una cosa de locos! Les dije que la próxima vez lo llevaría cocido...", lanzó.
