Algunos pocos pensarán en Pipo Mancera y sus legendarios Sábados circulares. Otros van a señalar a Los Campanelli. Habrá quienes propondrán a algunas de las históricas creaciones de Gerardo Sofovich (Operación Ja-Já, Polémica en el bar), a las de Alberto Olmedo –No toca botón, por ejemplo– o se inclinarán por ciclos de mayor jerarquía artística, como Alta comedia, Zona de riesgo o Compromiso. La enorme y contundente mayoría de la gente, en cambio, no tendrá dudas: para el 99,9 por ciento de los espectadores, el original Videomatch y su sucesor Showmatch son los programas más importantes de la historia de la televisión argentina. En 2019, el ciclo que conduce Marcelo Tinelli está empezando a transitar su temporada número 30 en pantalla. Dentro de esa histórica trayectoria hay pequeñas (o grandes) historias que merecen ser repasadas. Acá están.
Videomatch salió al aire por primera vez el 1 de marzo de 1990. Iba a la medianoche, por Telefe, y era un programa completamente de deportes. No medía nada: un día, con la aguja de Ibope clavada en 0,0, a alguien se le ocurrió poner bloopers. Los números mejoraron. Tanto que se fueron sucediendo unos tras otros hasta que el contenido se transformó totalmente. Desaparecieron los goles y los nocauts y todo fueron videos de humor. No fue el primer guiño del destino: antes de empezar, Tinelli ni siquiera iba a ser su conductor. Gustavo Lutteral se bajó a último momento y allí entró en escena el muchacho de Bolívar.
Cinco años más tarde, un conflicto por el título obligó al primer cambio: Videomatch pasó a llamarse El Show de Videomatch. En 2005, el pase de Telefe a Canal 9 obligó a otra modificación: allí nació Showmatch. Desde 2006, cuando desembarcó en Canal 13, se lo puede llamar tanto Showmatch como Bailando por un sueño, o simplemente Bailando, como le dice todo el mundo.
Una ex figura del Bailando, que se separó conflictivamente, está otra vez enamorada
Pampita y el picante apodo que le puso al BAR en el Bailando 2019
Uno de los momentos más recordados y decisivos ocurrió cuando Fernando De la Rúa, por entonces presidente de la Nación, hizo el ridículo en pantalla equivocándose en algunos nombres y sin saber para dónde agarrar cuando quiso salir del estudio. Algunos analistas políticos creen que el principio del fin para su gobierno ocurrió cuando tuvo que recurrir al Dinosaurio Bernardo para irse de esas cuatro paredes.
La política siempre dijo presente. No sólo ahora que se dice que Tinelli quiere ser candidato. Gran Cuñado satirizó a muchos funcionarios y dirigentes, pero también favoreció a otros. Existe la teoría de que Francisco de Narváez ganó una elección gracias al “cuídate, querete, alica, alicate”, de su imitador Roberto Peña.
Un clásico que se repite año tras año es la visita de Adrián Suar, y los diálogos picantes que se dan cada vez que se encuentran, tanto en la primera como en la última emisión de la temporada. No es la única figura grande que “ha pasado” por allí. Todavía se habla de la sirena de barco que hacían sonar cada vez que terminaba Susana Giménez, hundida en el rating frente a ese transatlántico llamado Showmatch. De Showmatch salió quien será, quizás, la próxima diva: Laurita Fernández es un producto ciento por ciento nacido y criado en las pistas.
Peleas hubo al por mayor, sobre todo desde que está al aire el Bailando. Las más fuertes o pesadas tuvieron como protagonistas a Flavio Mendoza y a Ricardo Fort. No sólo se dijeron de todo, pues hasta voló una mano en ese entrevero. Nicole Neumann y Pampita dirimieron sus cuitas al aire. Fue tan fuerte el ida y vuelta, que la ex novia de Pico Mónaco abandonó el estudio al aire, pasando por detrás de la rubia, que obviamente ni la miró. El país comentó la escena. Hasta el día de hoy, Aníbal Pachano y Graciela Alfano siguen sin hablarse. Cortaron el vínculo cuando, siendo jurados, ella lo acusó a él de algún acto de violencia y dio a conocer que él padecía VIH. Parecía armado, pero fue real. Precisamente de estar “todo arreglado” fue la tremenda acusación de Pancho Dotto cuando una de sus preferidas, Dolores Barreiro, fue al teléfono y perdió con Marianela Mirra. Después se disculpó, pero que lo dijo… lo dijo.
Más sobre los jurados. La controvertida y exuberante Sabrina Sabrok fue expulsada del certamen por escupir a Roberto Lafauci, enojada por un comentario del periodista sobre los mexicanos, el país donde vivía. El cero de Marcelo Polino, un histórico entre los que ponen puntos a los participantes, se hizo tan tradicional que ya recibe más sonrisas que recriminaciones. “Esto fue un disgusto”, dice Poli, y las muchedumbres lo aplauden. Hubo una vez que Tinelli no fue el conductor: una noche, imprevistamente, se quedó sin voz como consecuencia de una traicionera inflamación de la glotis. El micrófono lo agarró Moria Casán, quien salió del paso con excelencia profesional.
Hubo amores y desencuentros. Pedro conquistó a Paula cuando nadie daba dos mangos por sus posibilidades, algo similar sucedió con el Turco Naím y Emilia Attias, y la última piedra en el collar de esmeraldas la pusieron Jimena Barón y Mauro Caiazza. En cambio, Carmen Barbieri sufrió todo un año la presencia de Ayelén Paleo, por quien se había separado de Santiago Bal. Carla Conte se negó a que Marcelo le cortara la pollerita, y aquel gesto lejano es considerado la primera vez que una mujer hizo valer el “no es no” en un programa de semejante magnitud. Pionera la morocha.
La emoción y la inclusión llegaron de la mano de María del Cerro y su hermano, Agustín. Bailaron juntos y lloraron millones de personas. Y mientras todos derramaban lágrimas sonaba “el pianito”. Porque todo en Showmatch ya es un clásico.
En el programa de Marcelo pasó de todo a lo largo de estos 30 años.
