La buena y luminosa estrella mediática que acompañaba al doctor Rubén Mühlberger empezó a opacarse y a perder brillo con la llegada del coronavirus, allá por febrero o marzo del 2020. Su promocionado "antiviral contra la enfermedad" generó estupor primero, rechazo de la sociedad científica más tarde, y un repudio generalizado de todos -la gente y sus colegas médicos- por último.
Como muchas otras veces, los canales de televisión siguieron a la reacción popular y se pusieron en contra de aquel hombre al que habían recibido con los brazos abiertos y al que le habían puesto a disposición su gigantesca caja de resonancia y difusión. Luis Ventura, uno de sus pacientes más famosos, contó ahora el calvario que vivió cuando fue su paciente.
"A mi me llevó Moria Casán", reveló Ventura en A la tarde, el programa de America que conduce Karina Mazzocco, después de que se señalara el nombre de la diva popular como responsable del ingreso del médico a los medios de comunicación.
"Tuve dos consecuencias. Una fue cuando me iban a hacer un tratamiento que no entendía bien y terminé operado del cuello, y otra cuando me pusieron electrodos en el abdomen y pasé a orinar sangre".
"Ellos tuvieron algunos idas y vueltas. Cuando estalló el escándalo del coronavirus la relación sufrió un quiebre porque lo que había hecho él estaba mal, pero después creo que lograron acercar sus posiciones. Mühlberger llegó a participar en una temporada que encabezó Moria y de la que yo forme parte", explicó Ventura, quien luego recordó el particular nombre que le habían puesto a la obra: "Se llamaba Alegría ortomolecular, que era la medicina que aplicaba él".
"Yo sufrí dos consecuencias", admitió Ventura, el periodista mejor informado del país, sin temores ni prejuicios. "La primera fue porque me iban a hacer un tratamiento que no tenía muy claro que era, y al final terminé operado del cuello, y después cuando me empezaron a poner electrodos en el estómago y el abdomen que pasé a orinar sangre", una frase que generó la reacción airada tanto de la conductora como de las panelistas. "Ahhh la miércoles", gritó Mazzocco.
Unos minutos más tarde, mientras Nancy Pazos relataba su experiencia en la "Mühlbrger Klinik", el pomposo nombre que le puso a su centro asistencial, Ventura volvió a participar cuando la periodista daba cuenta de que todo lo que se recetaba allí había que comprarlo en un "local" que tenían a la vuelta de la misma clínica. "Claaaaro, muy bien, el circuito Rímolo", gritó el presidente de APTRA.
