Desde que aceptó la propuesta de Telefe para ser el nuevo anfitrión de La Peña de Morfi, Jey Mammon sabía que se cargaba encima una gran responsabilidad, dado todo lo que implica ponerse al frente del ciclo de Gerardo Rozín tras su muerte, en marzo de este año.
Y pasado el día del gran debut, empezaron a sonar las opiniones sobre su rol como conductor. “No lo vi. Pero no necesito. Jey es un artista fabuloso y hace todo bien, menos algo que no voy a revelar por acá”, dijo Ángel de Brito, por ejemplo, defendiendo la expertise de su amigo y colega.
Pero luego llegó el turno de Marina Calabró, que en Lanata sin filtro no ahorró comentarios sobre cómo vio a Jey. Marina empezó dulce: “Es la vuelta de ‘el programa perfecto de los domingos al mediodía. No hay un ciclo que sea más indicado, justo y a medida de horario en el que va”.
“Un domingo al mediodía, un programa que combina cocina, música, algo de humor, buena onda, alguna entrevista ¡Está perfecto! Esa es una fórmula recontra probada en todas sus versiones. Y Jey se acopló con naturalidad, porque no es fácil llegar a un equipo consolidado”, siguió.
Y después se puso más filosa: “Lo hizo bien… No vi al Jey más brillante. No vi al Jey más lúcido y… ¡lo vi poquito! Estuvo retaceado, sinceramente, no sé por qué. La presencia de Jésica fue mucho más importante, en términos cuantitativos, que la de él. Si bien él se lució cantando con Sandra Mihanovich y con Abel”.
“Es una figura tan familiar que no sé si se trata de acostumbramiento, yo lo vi poco”, añadió, y halagó la labor de su coequiper: “Me sorprendió Cirio, porque tiene el tono indicado, hizo un gran laburo. ¡Alegría, todo el tiempo arriba! A Jey, por momentos, lo vi más ‘melanco”.
