El amor por los autos moviliza a millones de argentinos, que se desviven por los fierros y les apasiona la velocidad. Claro que nadie imaginaba que Marixa Balli se encontraría en esa comunidad y mucho menos que se subió a un vehículo de carrera en su niñez.
La angelita sacó del arpón de los recuerdos sus iniciáticos contactos con un vehículo, que se remontan a su primerísimos años de vida. Y como si fuese poco, esas andanzas se produjeron a bordo de un karting, con todo lo que conlleva ese maquinaria.
La historia desconocida surgió de la mano de Ángel de Brito, que en la edición del jueves de LAM le consultó a sus panelistas cómo se definían como conductoras y quiso saber cómo fueron sus comienzos con los autos. Así, Marixa rememoró esa experiencia increíble.
Llamativamente, tras escuchar la pregunta del animador, Balli arrancó con su relato absolutamente impresionante: “Empecé con el karting a los cinco años, en el Italpark de Mar del Plata con autorización de papá, que le gustaban mucho los fierros”.
MARIXA BALLI REVELÓ QUE EMPEZÓ A ANDAR EN KARTINGS A LOS 5 AÑOS
De ese modo, la bailarina ahondó en las características de esas aventuras y sobre todo en la motivación paternal para sentarse en una butaca y apretar el acelerador en su niñez. “A él le gustaba, casi todas las noches me llevaba para que practicara la velocidad de los kartings”, admitió.
Tras ese recuerdo tan singular, Marixa describió el primer bólido que se compró: “Fue un Daihatsu pobrecito, que le decía el truenito. Se le salían las ruedas, un desastre, estaba muy arruinado, le tuve que hacer el chasis”.
