Los últimos años fueron convulsionados para Nicole Neumann (39). Pero el tiempo aplomó sus enojos y la realidad, posterior a la escandalosa separación de Fabián Cubero, le devolvió la sonrisa. Al punto que, en el día a día de trabajo, en los pasillos de Kuarzo –productora donde es parte de Nosotros a la mañana–, la modelo volvió a mostrarse radiante.
No por su estética, a la que siempre, más allá de las discusiones o los conflictos judiciales que tuviera con Poroto, le llevó el apunte, sino por su temple y la “luz” que volvió a iluminar su rostro.
Por estos días lo único que enoja a la rubia es el café que se tiene que tomar en la productora de Palermo y que no le gusta ni un poquito. Tanto que decidió, aunque es un momento para compartir con sus compañeros de panel y con el conductor del ciclo, Pollo Álvarez, que ya no lo quiere consumir más, aunque la mañana sea el momento propicio para hacerlo.
Y por el momento no hay forma de convencerla de lo contrario. Y aunque esa sea una “pequeña” piedra en el zapato, las mañanas suelen ser pura alegría para la mamá de Indiana (11), Allegra (8) y Sienna (5) a la hora de posar para las fotos que replica en las redes y, algunas, incluso, para sus recuerdos. "Hoy mis hijas son mi prioridad ante todo", dijo.
La ex de Facundo Moyano –el único nombre conocido con el que mantuvo una relación luego de su separación del exdeportista– posa relajada y se ríe entre toma y toma porque es Tomás Dente, su compañero, quien oficia de fotógrafo y tiene siempre un chiste latente que “la hace tentar”.
Y esa energía la acompaña hasta, por lo menos, cuando se retira de los estudios con rumbo a veces conocido y otras no, en su camioneta, fiel compañera para ir y venir de su casa, ubicada en un conocido country de zona norte.
