El comienzo de la gala del jueves en MasterChef Celebrity comenzó con un clima de tensión entre los participantes. Antes de iniciar a elaborar sus preparaciones, los famosos debieron someterse a un pequeño reto que designaría quién obtendría el beneficio de la noche.
Según las indicaciones del jurado, cada cocinero contaba con una caja llena de limones y debían exprimir la mayor cantidad posible en un minuto. Quien logró obtener más jugo fue Claudia Villafañe, que feliz por su primer logro de la noche pasó a la siguiente fase.
Su beneficio constaba en elegir, de las cinco canastas presentadas por los chefs, una para ella y designar el resto para cada uno de sus colegas, entre los que se encontraban Rocío Marengo, el Mono de Kapanga, Fede Bal y Vicky Xipolitakis.
En un principio, la mamá de Dalma y Gianinna Maradona no pudo contener su lado bondadoso y eligió el plato a cocinar recordando las facilidades y favoritismos de sus compañeros. Pero tanto Damián Betular, como Germán Martitegui y Donato De Santis la “obligaron” a repensar sus elección y utilizar la estrategia a su favor, para poder coronarse como la única vencedora y así evitar la gala de eliminación.
“Esa fue la Claudia buena y queríamos a la Claudia mala” exclamó Martitegui, e incentivando a que elija mejor, Betular le agregó: “Ya jugaste por vos… Ahora hacé la estrategia por el resto”. Influenciada y decidida, la empresaria movió los carteles y utilizó las debilidades del resto a su favor y sonriente, le reveló a Santiago del Moro que había logrado “jugar”.
No obstante, Rocío Marengo reveló una conversación que mantuvo en camarines con Claudia, en donde también la alentó a la competición y no a la solidaridad entre sus colegas: “Yo le dije, cocinás muy bien pero acá además hay que jugar. Espero que me haya escuchado y espero que me haya entendido”.
Pero al cambiar todos los platos y otorgarle a Marengo una cocina vegetariana, la mediática se molestó: “¿Quéeeee? ¿Vegetariana? Yo le dije que juegue, pero tampoco tanto… ¡Amiga!” Y sacando los trapitos al sol, Villafañe le apuntó sonriente: “Amiga… Me hablaste en el camarín, me dijiste ‘jugá’”.
A pesar de mostrarse preocupados por la elaboración de sus platos, el resto de los compañeros apoyaron la actitud de su colega y la fundieron en un aplauso por haber dejado de “ser tan buena” y utilizar el beneficio a su favor.