El martes, el aire en Cuestión de Peso se cortaba con cuchillo. Ariel Ansaldo, más conocido como Big Ari, decidió abandonar el programa en vivo luego de un durísimo enfrentamiento con los profesionales del ciclo y con Mario Massaccesi. Aunque había logrado bajar 17 kilos, el ex Gran Hermano no soportó más la presión ni las críticas, y su salida dejó en evidencia un clima que, según se supo, venía deteriorándose desde hacía varias semanas.
Durante una charla con el doctor Sergio Verón, el participante estalló. “No puede ser que te obliguen y uno la pase mal”, lanzó visiblemente afectado, en referencia a la actitud del equipo médico. Su tono, entre el enojo y la tristeza, reflejaba el hartazgo de quien ya no quería seguir siendo parte de una dinámica que lo hacía sentir incómodo frente a las cámaras.
El momento más tenso llegó cuando pidió la intervención de Estefanía Pasquini, esposa de Alberto Cormillot, y denunció sentirse hostigado. “Dos meses diciéndome que hago todo mal, que me va a ir mal, que voy a fracasar... estoy harto de pasarla mal en las charlas”, expresó, sin poder contener las lágrimas. El estudio entero quedó en silencio.
Acto seguido, se levantó de su silla y dijo, entre lágrimas: “¡Ya está! Estoy cansado, no quiero estar mal. Basta, por favor, me quiero ir”. La imagen de su salida dejó a todos atónitos, incluso al propio Massaccesi, que no alcanzó a reaccionar ante la contundencia del momento.
LA RENUNCIA DE BIG ARI
Fuera del aire, trascendió que el malestar del participante venía desde hacía tiempo y que su relación con algunos médicos era cada vez más tensa. “Yo vine a bajar de peso y hacer reír, pero me hacen quedar como no soy”, habría dicho al finalizar la grabación, marcando un antes y un después en su vínculo con la producción.
Su frase final fue lapidaria y dejó flotando una sensación amarga: “Nada es lo que parece en la clínica por momentos, y yo no encajo”. Con eso, Big Ari cerró su paso por Cuestión de Peso, dejando al descubierto una interna que promete seguir dando que hablar.


