La inseguridad tiñó la agenda con casos muy violentos que se produjeron en diferentes localidades, que desataron el debate de los límites de la legítima defensa. En consonancia con esa discusión, Piñón Fijo aportó su mirada, al revelar una experiencia personal.
El afamado payaso dialogó con Últimos cartuchos, el ciclo de Vorterix que conduce Migue Granados, y se animó a describir su vivencia, en la que un hecho de inseguridad lo llevó a realizar una persecución peligrosa, para sí mismo.
El cordobés inició el relato detallando la situación, que ocurrió en una época de menor exposición de su carrera y de un trabajo de menor escala. “Entre los intervalos de los cumpleaños, cuando todavía no era tan conocido, andaba en una combi Volkswagen animando. Y siempre tenía eso de terminar un cumple, hacer un break, volvía a casa un ratito y ni me despintaba. Un día volví a casa, no me di cuenta, y dejé la combi abierta. Entré, picoteé algo ahí, y suena la alarma de la combi. Salgo, (arranca) una moto y un tipo sale corriendo de adentro de la combi. Me quiso robar el estéreo pero no lo logró”, empezó.
No sé para qué los quería seguir, si no se qué habría hecho si los hubiese alcanzado
En la continuidad de la narración, Piñón Fijo sostuvo: “Salió corriendo, se subió a la moto y se van. Yo, enceguecido, y vamos a un tema muy urticante de la realidad nacional, me subo a la combi y los empiezo a seguir. Los tipos miraban para atrás y yo ahí, ciego. No sé para qué los quería seguir, si no se qué habría hecho si los hubiese alcanzado".
Hasta que reaccioné, frené, bajé las pulsaciones y me volví
Para terminar, el animador aportó el disparador que lo hizo frenar en ese accionar y manifestó: "En un momento reaccioné: 'Estoy pintado de payaso. No solo que no sé qué voy a hacer si los alcanzo, sino que estoy pintado de payaso y me voy a arruinar la vida para toda la vida. Frené, bajé pulsaciones y me volví. Eso fue una locura”.
