Se levantó el telón de otro reality, de otra apuesta de Telefe por ese formato que alimenta su poderío, que le posibilita dominar a piacere las mediciones del rating. En una articulación de una nueva propuesta de famosos delante de las cámaras, como sucedió en MasterChef, se estrenó The Challenge Argentina.
Una de las variaciones de este ciclo que conduce Marley se engloba en las durísimas pruebas físicas, que complican a todas las celebridades por el nivel de exigencia, que entregará un premio de quince millones de pesos. En esta primer capítulo, Fernando Burlando estalló de ira por la infraestructura que diseñó la producción.
A partir de la distribución de los dormitorios, el abogado no se sintió confortable por el tamaño de las piezas, ni por las condiciones, a pesar que en las imágenes se percibió con claridad que el canal diagramó un hogar con muchísimo nivel y hasta lujos.
Lo cierto es que Fernando pegó el grito en cielo al desenfundar su valija en su espacio, con un lenguaje corporal de incomodidad, no dudó en exclamar su desagrado e incluso amenazó con retirarse del reality. “No voy a negarlo, estoy acostumbrado a vivir realmente muy bien”, confesó.
En ese diálogo editado con la producción, típico de estos formatos, Burlando profundizó en las condiciones que le provocaron rechazo y narró: “No me gusta la casa, no me gusta la cama, no me gusta nada. No hay blackout, no hay puertas”.
Hasta que soltó la definición más picante de todo lo que brotó en su mente y admitió que se le cruzó la idea de dimitir y bajarse del show: “Creo que se puede poner muy complicado. Me quiero ir”. Inmediatamente, en el programa se escuchó la opinión diametralmente contraria de Sofia Jujuy Jiménez: “La casa es enorme, muy hermosa. Estoy feliz, siento que se vienen unos días increíbles”.
