Gran Hermano continúa con su dinámica, esa que refiere al cambio de estado de ánimo de los participantes, que se agudizan con el transcurrir de las semanas, por las lógicas secuelas del encierro. Así, Marcos protagonizó un episodio sensible y lloró en la habitación.
El salteño experimentó un momento de introspección en compañía de su amigo Agustín, quien volvió a revelar su nueva estrategia. Ambos en la cama, con el deportista tumbado y con un lenguaje corporal de congoja. Las imágenes no permitieron divisar del todo el motivo original de su tristeza.
A partir de la charla que mantuvo Marcos con el oriundo de La Plata se pudo dilucidar que todo se concierne a la lejanía de su familia, al paso del tiempo aislado en el interior de la casa más famosa de la televisión argentina. Así como algunos usuarios de redes sociales especularon con que Agustín lo estimuló para confundirlo psicológicamente.
El estratega del juego le habló de algo que implica al salteño, algo que pudo haber descubierto en sus días en el exterior tal vez. “No te lo conté porque no quería comprometerte, no sabía si te iba a hacer mal. Si te enterabas quiénes eran y no decirte yo, que lo descubras por tu cuenta”.
Cuando el norteño soltó algunas lágrimas, Agustín lo contuvo: “Lloras porque te acordas de él, porque lo extrañas,porque lo quieres, no porque estés triste. No pasa nada. Son buenos ejemplos esos”. Y dio a entender que se refería a alguien de su familia: “A alguien saliste tan bueno, se nota”.
Por su parte, Marcos expresó: “Lo extraño mucho. No se si soy bueno, pero me gusta que a la gente que yo quiero y tengo cerca sea lo más feliz posible”. Y luego Thiago, que desfiló anoche disfrazado de mujer, ingresó al dormitorio y al notarlo compungido intentó calmarlo y le preguntó qué le pasada, frente a lo que reveló: “Estoy bien primo, estoy extrañando mucho, nada más”.
