Qué le pasa a Marcelo Tinelli: por qué está angustiado y melancólico – Revista Paparazzi

Qué le pasa a Marcelo Tinelli: por qué está angustiado y melancólico

El conductor abrió su corazón para admitir un trance.
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El cierre de una etapa activa una serie de secuelas. Principalmente si se baja el telón de un escenario estimulante, que provoca sensaciones cálidas, estimulantes y desafiantes. En ese terreno emocional se sumergió Marcelo Tinelli, que reconoció que transita por un estadío incómodo.

El conductor más famoso de la televisión argentina abrió las puertas de par en par a lo más profundo de su alma y explicó con total honestidad que lo aborda una catarata de vibraciones espinosas, que brotaron en su sendero por la culminación de la temporada del Bailando.

El retorno del clásico show, y con la novedad de su debut en una nueva pantalla como la de América, arribó a su puerto conclusivo, con la gala que consagró como campeona a Tuli Acosta. Luego de la efervescencia y fragor del vivo y los nervios, Marcelo charló con LAM.

Detrás de bambalinas, literalmente, y luego de la terminación del ciclo, Tinelli se lanzó a describir su semblante y sorprendió al revelar: “No estoy cansado, estoy feliz, muy emocionado y hasta melancólico”. Y así añadió más pormenores a ese sentimiento: “Porque no quería terminarlo como me pasaba otros años. Ahora me gustaría estar mañana otra vez en el aire”.

MARCELO TINELLI ADMITIÓ QUE ESTÁ TRISTE Y MELANCÓLICO

El cronista indagó respecto a un aspecto en el que coincidieron muchas voces, que refiere a una postura diferente que adoptó este año, como una mayor frescura o soltura, como una especie de reverdecer en el entusiasmo de conducir. Así, Marcelo contó: “Me sentí como una energía distinta, no se si la pantalla, como si estuviéramos empezando algo de cero. Por ahí en otro momento, uno venía como en piloto automático. Estuvo muy bueno eso, esas ganas, esa energía”.

Y para concluir sobre esa confesión de su estado anímico, Tinelli narró: “El estudio, la contención, la gente, la emoción, yo también vine con los ojos medio vidriosos, venía en el auto y pensaba ‘uy se termina’”. Evidentemente, el animador cayó en las garras de una catarata de emociones y se juntó valor para iluminarlas en plano público.

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