La China Suárez decidió mostrarse muy acaramelada con el español al que conoció en Madrid y con el que compartió algunos días, en plena época de su encuentro clandestino, fogoso y oscuro con Mauro Icardi.
La actriz tomó la determinación de crear una especie de noviazgo con Armando Mena Navareño, ese hombre con el que volvió a reunirse hace unas semanas, en el medio de un viaje relámpago a España. Justamente, en esta reciente travesía subió algunas fotos muy románticas con el emprendedor de las motos.
Muchas voces consideran que este vínculo se enrola en una maniobra distractiva de la China para correrse del foco de las críticas por su lazo con Icardi, para tratar de desviar la atención y que el público y los medios direccionen la atención en su figura en otro rumbo.
Lo cierto es que Armando ganó trascendencia y visibilidad. De ese modo se activaron los análisis exhaustivos de su vida, para conocer detalles de su cotidianidad. En ese raid, y a partir de una foto que posteó Suárez en la que se lo ve tendido en una cama, se despertó la curiosidad en sus tatuajes.
El ibérico ostenta una gama innumerable de diseños impregnados en su piel, en todos los recovecos de su cuerpo y con formatos que se entrelazan con pasiones de su corazón. Por eso, Armando optó mayoritariamente por el blanco y negro y con ilustraciones sencillas.
Entonces, el novio de la China se hizo una moto en los brazos, una calavera, un yunque y hasta un encendedor Zippo, que se engloba con su afición por el universo de los vehículos de dos ruedas y la cultura pop. También aparecen la cara de Frankestein y una trampa de ratón.
