Una velada distintiva para Gran Hermano, dado que retornó a las nominaciones de los participantes y el sábado se reunieron a disfrutar de una posible última cena tres de las sobrevivientes. Pero en otro ambiente de la casa, Romina se arremangó para preparar unas pizzas para el resto de los concursantes.
Claro que nadie imaginó que el don gastronómico de la ex diputada, que se erige en una de sus máximas virtudes y una llave para “liderar” la dinámica del reality, provocaría una reacción generalizada de intoxicación, de malestar estomacal y hasta de reflujos de vómitos.
Algo falló en el proceso de preparación de ese plato tan típico del país, que suele constituirse en una tradición para los sábados a la noche en miles de hogares. Las secuelas se percibieron con el paso del tiempo, más precisamente en el momento de procurar conciliar el sueño.
Marcos, su hermana Valentina y Rodo, el padre de Nacho, cayeron en las garras de esas complicaciones de salud. Lo que se divisó en la habitación, cuando la salteña le preguntó al progenitor del rubio: “¿No te cayó pesada la pizza?”. A lo que añadió un dato más fuerte: “Tengo ganas de vomitar, no dormí nada, estoy dando vueltas hace tres horas”.
Para evidenciar que también tiñó de dificultades físicas a Marcos, Rodo le expresó a Valentin: “Tu hermano también estaba desvelado, salió dos o tres veces (de la habitación)”. En pos de analizar el hecho, el padre de Nacho exteriorizó: “Es muy, muy pesada. Como si me hubiera comido un cordero”.
Incluso el hombre que residió en España durante décadas, y que ahora vive en Uruguay, trató de identificar el ingrediente que provocó esa reacción dolorosa: “Era todo fresco, quizás el ajo con el tomate...”. Por su parte, la salteña acotó: “No está bueno comer antes de dormir”.
