Desde que se filtraron las fotos y los videos íntimos de Luciano Castro (44), tanto su palabra como la de su mujer, Sabrina Rojas (39) se transformaron en las más esperadas. Ante semejante revuelo, Sabrina decidió dar la cara y contar su versión de los hechos, en Intrusos. Como sucedió aquel 15 de enero, cuando también eligió el programa de Jorge Rial para decir que la denuncia por violencia de género contra Castro que había subido a su cuenta de Instagram en plena madrugada, en realidad, siempre según ella, se había tratado de un hackeo y no de algo que haya surgido de ella.
Una vez más la historia se repite y da vueltas sobre ejes similares a los del verano. La diferencia, al menos hasta el momento, es que este escándalo viene sin separación incluida. Acá también ella pone la otra mejilla para intentar salvar algo que parece quebrado de la manera que se fue tejiendo. “Quiero aclarar por qué estoy yo acá y no Luciano; porque somos un equipo y yo me muevo mejor que él en este ambiente… él es más torpe, se enoja rápido y yo me muevo mejor. Las fotos no son mías pero yo también soy parte de esto”, comenzó, acaparando toda la atención.
Justamente, utilizando su inteligencia y esa manera de desviar la atención fue que buscó apaciguar la cuestión. Luego se defendió manifestando que estaba al tanto de todo y que en el seno de la pareja estaban esperando que el material en algún momento se filtrara. Según su palabra, son de la época en la que estaban separados. “Yo sabía de la existencia de esas fotos, las estábamos esperando. Llegamos a octubre y le dije: ‘Qué afortunado que sos que no pasó nada’. Esto es parte de nuestra separación en el verano. Estuvimos separados casi tres meses, y en ese tiempo cada uno hizo de su culo un pito, literal. Somos personas jóvenes… Evidentemente, yo me moví con personas más confiables. Yo también me entretuve. Cada uno lo vivió como quiso”.
A continuación, con liviandad e intentando mostrarse superada ante este episodio, explicó de qué manera se enteró de la existencia del material. “Cuando decidimos volver, blanqueamos qué había hecho cada uno por su lado. Me contó que se había sacado unas fotos en Instagram. Me shockeó. Le dije: ‘Sos un boludo’. Tenía cero confianza con la mujer. Tenemos el historial de las personas con las que Luciano habló y tenemos indicadores. El no borró nada. Está todo. Cuando me mostró lo que había hecho le dije: ‘Nos van a exponer’. Me enojé porque era obvio que no lo iban a cuidar”.
Defensa...
Lejos de mostrarse dolida, al menos en público, salió en su defensa resaltando que no hizo nada malo. Saltó al vacío para rescatarlo. “Es un pibe que no hizo más que vivir su libertad como quiso. No me interesa entrar en detalles. Estamos haciendo acciones civiles y penales para que se baje el material y poder llegar a las responsables. Luciano se divirtió durante tres meses, la pasó bien y está perfecto. Lo que pasó es pura maldad. Ni siquiera es extorsión, es maldad pura. Lo que pasó es un bajón, pero vamos a salir adelante”.
Sabrina admitió que sus hijos, Esmeralda y Fausto, no se enteraron, y que el único que estaba al tanto era Mateo, el hijo adolescente del actor, fruto de una relación anterior, porque él se lo había contado. “Luciano está dolido por cómo nos expuso a nosotros, a sus hijos y a mí. La mirada ajena, todo lo que se dice, le chupa un huevo. Espero que después de esto haya aprendido a manejarse con gente más confiable. Con el tiempo todo se cura. Si alguna vez tuvimos una deuda, nos hemos perdonado. Yo le conté todo lo que hice, que chongueé como loca y se la bancó como un rey. Si no sería un machirulo”.
Oscuridad. Por último, señaló cómo vivieron estos días desde que se filtraron las primeras imágenes hasta ahora. Ante esto, decidieron tomar caminos separados. El prefirió resguardarse, mientras que ella se puso al hombro todo lo que se dijo al respecto. “Luciano prefirió no leer nada, yo quise estar ciento por ciento informada para estar al tanto de todo”.
