Arrancó medio raro septiembre. Hace más frío que en junio, o que en julio, está más bravo y dan menos ganas de salir o andar por la calle que en pleno invierno. Está gris, está distinto, no parece el mes de la primavera, del sol, del clima templadito y las plazas y las calles más coloridas. Está triste, sin más. Y entre tantos problemas que hay con los precios, la inflación, los sueldos que no alcanzan y las elecciones se coló lo de Silvina Luna para hacerlo más angustiante y más duro todavía.
Su interminable internación, las complicaciones, la agonía, su muerte. Después, la autopsia. Y ahora su velatorio y su entierro. Un dolor que no termina nunca. Pifió septiembre che, empezó para el demonio en vez de ser amigable y reconfortante como fue casi siempre.
Aunque ya pasó casi una semana desde su deceso -falleció entre las últimas horas de la mañana y los primeros instantes del mediodía del jueves 31 de agosto- las imágenes del último adiós a Silvina Luna fueron tan fuertes y llenas de pesadumbre como aquellas que se observaron en la puerta del Hospital Italiano en los instantes posteriores a la conmocionante noticia del desenlace.
La gente sigue enojada y con bronca y está justificada porque se fue rápido, se fue antes de tiempo, se fue sin cumplir un montón de sueños, se fue por la culpa de un inescrupuloso que le hizo desastres, se fue sin ver justicia.
El velatorio se desarrolló en la casa de sepelios O´Higgins en ese límite medio indescifrable que divide a los barrios de Núñez y Belgrano. Allí, en medio de una mañana congelada y con el cielo encapotado, se fueron congregando algunos familiares y amigos muy muy cercanos para rendirle el tributo final.
El primero que llegó allí fue su hermano Ezequiel, su inquebrantable compañero a lo largo de los años pero sobre todo en los 78 días en los que estuvo en el piso de terapia intensiva. La ceremonia se desarrolló a cajón cerrado dadas las circunstancias.
Algunos datos indicaron que las amigas de Silvina Luna le cantaron "mantras" para homenajearla ya que ella se había volcado al budismo en el último tramo de su vida, en especial desde una experiencia que transitó cuando estuvo en Boca del Toro, una localidad panameña.
Las autoridades de la casa velatoria no pusieron ningún reparo a que en un lugar semejante, donde todo es silencio o charlas de muy muy bajo volumen de voz, se oyera gente entonar alguna melodía. Esas mismas amigas, según se dijo, crearon una "app" donde la gente se puede despedir de la artista rosarina.
INMENSO DOLOR EN EL VELATORIO Y EN EL ENTIERRO DE SILVINA LUNA
A medida que se fue acercando el mediodía se fue sumando gente. Fernando Burlando, abogado y una especie de vocero de la familia en los últimos meses -fue él quien confirmó su muerte en un contacto telefónico con Florencia de la Ve- se apersonó y se abrazó con los familiares de Silvina. La mayoría, por supuesto, estaba bien abrigada y en general vestida de negro.
Como dijo Carmen Barbieri en su programa, resultó más doloroso todavía ver que la mayoría de la gente que se acercaba era personas jóvenes. "Cuando se muere alguien grande, los que van son mayormente de su edad, entonces parece algo normal. Pero ver esto, tanta gente de 35 o 40 años llorando y sufriendo, no se entiende nada", aseguró la conductora, también emocionada.
El cortejo fúnebre con el cuerpo de Silvina partió rumbo a la Chacarita unos minutos después del mediodía. Lenta y cansinamente fue recorriendo el trecho que separa a esas barriadas de la zona norte de la Ciudad de Buenos Aires. Había mucha emoción en todos aquellos que formaron parte. Había, en realidad, muchos sentimientos juntos. Pena, bronca, fastidio, pero también algo de alivio porque la Chivi, al menos, no sufre más.
Ella quería estar en el Panteón de Actores. Tanto en el camino como en la llegada al camposanto porteño se escucharon aplausos, nada más merecido para Silvina. Por su historia de vida, porque siempre fue una buena mina, porque la peleó como nadie, porque siempre dio todo, porque sufrió mucho, porque no se pudo, porque ese final no lo merecía ni ella ni nadie. Porque septiembre tiene que cambiar y ser un poco más suave.
LAS FOTOS DEL ULTIMO ADIOS A SILVINA LUNA
VIDEO: CARLOS GONZALEZ. IMAGENES: RS FOTOS.
