Desde que abrió la puerta de su casa mostró su frescura. "Bienvenidos a mi casa. Esta la primera vez que hago como una cena o algo sin tenerlo a mi bebé en mis brazos. Me siento rarísima, como que no sé hacer nada sin él. Tengo que volver a rearmar mi vida siendo mamá", dijo la extrovertida Vicky Xipolitakis (34) mirando a la cámara del programa Divina comida, en el que ofició de anfitriona.
La griega, madre de Salvador Uriel, el bebé de un año que nació fruto de su pasada relación con el banquero Javier Naselli, decoró su lujoso hogar, situado en el barrio de Retiro, con una variedad de globos dorados, plateados y blancos y flores.
"Amo ser anfitriona. Todo esto para ustedes. Quería que esté todo el techo lleno de globos, que haya triple plato en la mesa para homenajear y agasajar a mis invitados", dijo refiriéndose a los artistas que en esta ocasión compartieron la cena con ella y que fueron la conductora Sofía Jujuy Jiménez, el humorista Pichu Straneo, el exfutbolista de Vélez Fabián Poroto Cubero y el periodista Gerardo Rozín.
"Acá tengo una torta sorpresa porque quiero que esta sea la noche griega. Entonces hay una torta de bienvenida para todos mis invitados que tiene todas las guardas y las coronas de las diosas griegas", explicó. Después, dirigiéndose al living, donde había unos delicados sillones blancos, adelantó: "Acá vamos a tomar unas copitas y vamos a charlar cosas íntimas los invitados, de ese detrás de cámara que nadie conoce".
La bella Vicky, quien recientemente incursionó en el twerk, la danza urbana de raíces africanas de la que ya tomó cuatro clases, en el que el meneo de las caderas es protagonista, demostró que es una excelente anfitriona.
