Video increíble: el show de gestos de Roberto Pettinato para «hablar» de la salud de su hijo Felipe, internado tras un brote psicótico – Revista Paparazzi

Video increíble: el show de gestos de Roberto Pettinato para "hablar" de la salud de su hijo Felipe, internado tras un brote psicótico

Exclusivo: Paparazzi encontró al conductor a la salida de la radio. Su "palabra".
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Cuando las aguas que lo habían arrastrado al destierro mediático se habían calmado y hasta había recuperado un lugar en la radio, Roberto Pettinato vio como su apellido, una vez más, hacía olas y burbujas y se hundía lentamente en las profundidades de un hecho extra profesional. Esta vez, su hijo Felipe debió ser internado tras sufrir un brote psicótico agresivo.

Tamara Pettinato, hija del músico y hermana del imitador de Michael Jackson, se convirtió en una especie de vocera de la familia. A la salida de la radio, en general, enfrentó a las cámaras y aunque con cierta incomodidad brindó algún que otro detalle de lo sucedido. Hasta tuvo tiempo, uno de esos días, para fustigar a la policía por haber filtrado el suceso.

Con su hijo alojado en el Hospital Pirovano, Roberto Pettinato no "había dicho" nada. Ni una palabra. Entonces, Paparazzi se propuso encontrar al cuestionado hombre de los medios, salpicado por las denuncias de una numerosa cantidad de mujeres que lo acusaron de "acosador" en los distintos trabajos que compartieron por él.

Desde entonces, el ex Sumo perdió esa condición de "número uno" que tenía en ese momento y ante la catarata de acontecimientos prácticamente se quedó sin laburo en los medios de comunicación. Recién ahora está regresando. En la puerta de su actual radio lo encontró Paparazzi con la cámara siempre inquieta de Carlos González.

PETTINATO SE TRANSFORMÓ EN EL EXTRAÑO DE PELO LARGO.

Y además de la pinta algo extravagante (gorro piluso, pelo largo rubio, algo panzón, pantalón bermuda, sandalias) lo que llamó la atención fue la actitud de Peti: apuró su paso rumbo a un taxi que lo estaba esperando y sólo se manifestó por gestos. Uno de "saludo", otro con el pulgar para arriba cuando le preguntamos por la salud de su pibe, y otro con la mano abierta como pidiendo calma, clemencia o tan solo soltar un adiós.

Lo único que se "pareció" a un sonido se dio cuando nuestro hombre le preguntó si estaba bien con su hijo y si podía ir a verlo. Se escuchó como un ruido impreciso, que sonó a un "no", pero es imposible determinarlo con precisión.

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