Con el aplomo que dan los años de profesión y las experiencias transitadas, Freddy Villarreal (49) es parte de Locos por Luisa, en el Teatro del Lago, cumpliendo con una temporada más. Reflexivo, el papá de Agustín y Jazmín habla de los cambios que vivió en sus últimos años.“Con la prensa soy muy cordial pero tampoco muy dado. Es una justa y sabia cuota que debe ser así por muchas razones. Primero porque soy un poco tímido. También porque, a veces, la prensa busca otro tipo de circunstancias que yo soy nabo para aportar. Alguna historia o algo que prenda que sea del común denominador del interés de la gente, y esas aguas no las sé transitar. Me pongo nervioso. Una vez hice un estudio sobre mí con una persona que se llama psicólogo y el hecho de interpretar personajes, usar máscaras, tiene que ver con no mostrar quién soy realmente. Hay un mambo ahí detrás… No sé si está funcionando bien o mal, pero está funcionando”.
–Tengo una mala noticia: vos sos conocido como Freddy, más allá de tus personajes.
–Hoy la gente sabe quién soy cuando salgo a la calle, a medida que fue pasando el tiempo. Hubo una época que éramos el personaje de turno. En su momento, era tan popular lo que hacíamos en Videomatchque yo era Figuretti o Tonto y Retonto. Y el cambio, la fama, se fue dando de a poco. Subía al colectivo y algunos me sonreían. Y lo primero que hacía era mirarme la bragueta a ver si la tenía abierta. Ahí fui entendiendo el camino de que te conozcan.
–De ese hombre tímido que llevás adentro, ¿qué no te pesa igual?
–A medida que pasan los años se te hace un callo en la glándula “timidoliana”. Pero igual creo que soy menos tímido con algún agregado facial o un personaje donde sea yo mismo de cara pero no de pensamiento. Está bueno tener un poco de timidez porque es la aduana y la frontera que no hay que sobrepasar, porque si no sos un loco. En la película que estoy preproduciendo hay un personaje que se parece mucho a mí. Es la historia de una persona que encarna muchos personajes en diferentes situaciones y quiere arrancar la vida de vuelta pero siendo otro personaje. No conforme con la vida que lleva, tiene la oportunidad de volver a empezar sin saber que vivió otras vidas.
–¿Sos inconformista?
–A medida que pasa el tiempo soy más conformista que inconformista. Le vas encontrando el sentido a lo negativo. Antes, lo negativo no me conformaba. Y llega un momento que, de grande, caés en cuenta que de que en lo negativo siempre hay algo bueno. Fui entendiendo otras cosas de la vida y empecé a decirme “Por algo será”; “Si sucede, conviene”, frases que de chico no las contemplaba.
–Pero esas son frases hechas, ¿realmente las sentís?
–Sí, lo que sucede conviene, en un gran porcentaje. Lo que pasa es que hay que tener una idea poco terrenal para entenderlas completamente, cosa que yo no la tengo. El día de mañana, cuando me muera, en el Cielo, voy a entender que todo lo que me pasó tenía que pasar, creo en eso. Lo que pasa tiene mucho que ver con lo que uno genera y con lo que Dios tiene pensado para nosotros.
–¿Sos un hombre creyente?
–Sí, tengo la cruz cristiana siempre conmigo. Pero no soy un fanático de la religión, no voy a misa todos los domingos. Le doy un espacio todos los días a rezar, hablar y meditar, tratando de mejorar.
–¿Te llamó el presidente Mauricio Macri por tu imitación?
–No me llamó. Pero dialogaría conforme, gustosamente. Hablé con otros presidentes que encarné. Tengo afinidad con todos aquellos que tengan ganas de tomar un café conmigo y poder explicarle que todas mis caracterizaciones de políticos no son editorialistas. Soy apartidario.
–¿En qué etapa de tu vida estás?
–En la que el piloto está deseoso de aterrizar en el Paraíso, que será un hotel hermoso, con mis seres queridos, cuando empiece a disfrutar de haber trabajado tantos años y en épocas en las que, el común de la gente, descansa.
–A Emilio Disi lo nombran en todas las funciones, ¿lo extrañan mucho, no?
–Qué te parece… Cada vez que termina la obra, lo tengo en las dos pantallas, miro cada una y me agarro la cruz que llevo colgada. Caminar por Carlos Paz es verlo a Emilio en cada esquina, en cada lugar. A veces me suena el teléfono y me sale ese Emilio que quiere ir a comer. Hace muy poco que se fue, no me lo puedo sacar de la cabeza.
–¿Lo encarnarías?
–Sí, salió la posibilidad de hacerle un homenaje en los Martín Fierro. Tengo la máscara de él. No descarto hacerlo algún día, es mi papá prácticamente. Fueron muchos años de trabajar con él, de charlar arriba y abajo del escenario.
Freddy Villarreal habló de cuánto extraña a Emilio Disi
Freddy Villarreal, el rey de las imitaciones
