Pampita es y ha sido una mujer muy amada por distintos hombres. Martín Barrantes, Benjamín Vicuña y Pico Mónaco son algunos de ellos. Y a lo largo de su historial amoroso, la modelo acumuló, gracias a los regalos de sus ex parejas, un pequeño y valioso tesoro en concepto de alhajas.
Pero, ¿qué hacer cuando la relación amorosa se rompe con esos accesorios tan simbólicos y caros, cuando se trata de una persona pública como Carolina Ardohain? ¿Usarlos, así, como así, sin drama, en cualquier evento, a pesar de que su look jamás va a pasar desapercibido?
Sobre ese tema se sinceró Pampa cuando Gabriel Oliveri quiso saber si guardaba joyas de sus pretendientes. “No. Tengo de mi cumpleaños de 15, un anillo de mi abuela, que ya era antiguo en esa época, porque había ido pasando de mano en mano. Tiene una perla porque mi abuela se llamaba Perla”, contó.
“Me regalaron muchas joyas, pero una vez vendí varias porque no las iba a usar y me dio impresión que me las vieran puestas. No por el valor, sino que me daba vergüenza que me las vieran puestas y digan ‘se la regalé yo’”, siguió la modelo, antes de contar lo que hizo con estos recuerdos.
Chica práctica, como buena capricorniana, Pampita juntó las alhajas y se fue a la calle Corrientes a ver cuánto cotizaban. “Hice como un trueque: llevé cosas de antes y me saqué cosas nuevas. No voy a decir la dirección, pero fui y ahí mismo canjeé por otras”, se sinceró.
“Que no te regalen bombones porque engordan, y las flores se secan. Pedí joyas que cuando esos hijos de su madre se vayan te quede algo para vender”, fue el consejo final del panelista de Net TV, divertido con la respuesta franca de su amiga.
