Joaquín Furriel elige la tranquilidad de la Patagonia por encima del ruido de la ciudad. Es sin dudas su lugar en el mundo, donde, según comenta, los tiempos se desaceleran y puede estar en armonía. Aprovecha también para distraerse, disfrutar del paisaje y también, claro, alimentarse con desafíos y proyectos profesionales.
Disfrutó recientemente del centro de esquí del Cerro Chapelco, en San Martín de los Andes, en una tarde que lo encontró rodeado de turistas brasileños, quienes no lo reconocieron. Es feliz teniendo ese bajo perfil dentro de lo cotidiano, por lo cual la situación fue ideal.
Furriel alquiló su equipo para esquiar y emprendió rumbo a la montaña. Disfruta de la actividad, y horas después, dentro de un parador, degustó una calentita sopa para sacarse el frío luego de haber pasado por la pista. Hacía tres años que no practicaba este deporte, y nunca había tenido la experiencia de hacerlo de noche.
"Llegué a San Martín de los Andes", confesó el actor en una charla. Recordemos que el intérprete fue asociado recientemente con rumores de romance junto a Guillermina Valdés, situación por la que no quiso referirse en dicha entrevista.
Luego, haciendo referencia a su estadía en la Patagonia, Joaquín destacó: "Voy a estar un buen tiempo acá filmando una película y coincidió justo con la invitación para vivir esta experiencia que me pareció extraordinaria porque me gusta mucho la montaña, la nieve y tengo un vínculo histórico con el esquí".
"Siento que acá se percibe el tiempo de otra manera y cuando esquío me pasa algo similar a lo que dicen que sienten los que meditan, como una sensación de estar en un no-tiempo, un ámbito donde de repente decís 'uy, ya llegó el atardecer' pero lo disfrutás", agregó.
Furriel admite que desde muy chico tiene una conexión muy importante con el sur argentino, habiendo conocido el lugar desde pequeño por las revistas. "Quedé fascinado con Bariloche y el Nahuel Huapi, me quedó como toda esa leyenda...", destacó.
El actor habló de esta mística que tiene con la región y lo que representa para él. "Tengo una adolescencia no de boliches, de mar, de playa, sino de campamentos, trackeadas, de caminar, de conocer gente también de mi edad pero más conectada a la naturaleza. Así que desde mis 15 años hasta hoy reconozco en paisajes como la montaña un lugar que a mí me hace bien", sentenció.
