Dicen que la venganza es un plato que se sirve frío. En el caso de Camila Homs debe haber estado super mega congledo y freezado, porque cuando le preguntaron por la crisis terminal que atraviesan Tini Stoessel y Rodrigo De Paul, su ex, no pudo ocultar una sonrisa triunfal y muy muy muy "modo diablo".
El futbolista del Atlético Madrid dejó a Camila, novia suya desde la adolescencia y madre de sus dos hijos, en medio de un sinfín de rumores que lo vinculaban a la reina de la música pop. Poco después de la explosiva ruptura se oficializó el romance, y aunque muchos aseguran que las "cuentas cerraron" y las fechas entre una situación y la otra no se tocaron, casi todos creen que sí, que hubo un tiempo en el que fueron "clandestinos".
Como fuere, de una manera u otra, fueron momentos más felices para el volante del seleccionado y la intérprete de la "Triple T". Esta semana se vieron envueltos en calientes rumores de crisis y de separación, que por estas horas ya se da como un hecho. Incluso, la supuesta toma de distancia ha dividido aguas hasta en la prensa: así como están los que dicen que "él cortó la relación porque ella no congenió con sus hijos", también aparecieron los que señalaron que fue ella la que lo mandó con el fobal a otra parte.
Homs, quien quedó como "la derrotada" en aquella historia sucedida hace apenas unos meses, fue interceptada por una cámara y un cronista de Socios en el espectáculo, el programa de Rodrigo Lussich y Adrián Pallares, y aunque nunca dejó de caminar ni tampoco tirño frases altisonantes se las ingenio para dejar ver la sonrisa que le salía del alma. La celebración de esa pequeña revancha después de tanto desaire.
A lo largo de la entrevista, en la que se mostró bastante cuidadosa de sus opiniones ("Ya está coucheada y habla como una famosa", la acusó Karina Iavíccoli), Homs se mostró reticente a hablar del tema "porque la prensa a veces miente mucho y no se que creer", aunque deslizó un "no me sorprende" que pareció salirle de las entrañas y eludir todos los "bozales internos" que pareció autoimponerse para decir algo "inadecuado".
Homs sonrió no una sino varias veces, y tampoco fue categórica ante la primera pregunta sobre la chance de volver con el volante central. Primero titubeó y dijo no estar preparada para dar la respuesta, pero ante la repregunta se puso firma y dijo que no, que está bien así y todas esas nimiedades que dicen los recién separados. Má tarde, cuando le nombraron a su nueva hermana (ante el reclamo de una joven, el padre debió hacerse un ADN que dio positivo) admitió que no había encarado ningún acercamiento con la muchacha. Pero ni eso pudo borrar la sonrisa triunfal que se le dibujaba su rostro. No hizo falta ser un especialista en lenguaje gestual para darse cuenta...
