Belo Horizonte, en el centro de Brasil, tiene tres equipos de fútbol. Dos son enormes (Atlético Mineiro y Cruzeiro) y el tercero (América) es bastante más modesto. Todos tienen apodos vinculados al mundo animal: Atlético es el "Gallo", Cruzeiro la "Raposa" (una especie de "Oso" o "Marzupial") y América el "Conejo".
En ese club más pequeño y de camiseta verde, cuyo estadio se llama "Independencia", juega en estos momentos Mauro Zárate. En Buenos Aires, a 2812 kilómetros de la capital del estado de Minas Gerais, su esposa, la modelo Natalie Weber, lo metió en la selva y lo tiró a los leones.
Morocha de pelo lacio, ojos dulces, y la voz firme y segura, Weber se sentó en la silla de invitados de Los Angeles de la Mañana y enfrentó las preguntas del conductor Angel de Brito y de todas las panelistas de su programa. Todos, tanto el líder de la manada como sus compañeras, mostraron las uñas y afilaron los dientes para saber qué había pasado entre ellos en los últimos días.
Hace una semana arreciaron los rumores de crisis, acentuados por la decisión de ella de quedarse acá ante el viaje de él al país vecino. Unos meses atrás, Boca dio a conocer su decisión de prescindir de los servicios de Zárate, un delantero picante pero que no tuvo mucha cabida en el equipo que en ese entonces dirigía Miguel Angel Russo.
Sin lugar en el medio local -por su elevado salario para una economía profundamente deprimida- era obvio que iba a ir al exterior. Se pensó en equipos grandes, poderosos. Pero ni hubo ofertas. Sobre la chicharra, cuando parecía que se quedaría sin jugar hasta un nuevo mercado de pases, apareció la chance del América y se fue a jugar a la tierra del mejor café de Brasil.
"El se fue en septiembre, flashó algo y me dejó de seguir. Como no corto tickets pensé que nadie se iba a dar cuenta. Lo vio Juariu y se enteraron todos. Fue bastante boludo, y muy infantil también".
Ella se quedó acá. Poco después aparecieron los primeros dimes y diretes. Cuarenta y ocho horas después se hablaba de una posible separación. Sin el volumen del Wandagate, el problema tuvo su espacio mediático.
"Noooo, no estamos separados. Pero tampoco estamos bien eh... Tenemos muchos frentes por arreglar todavía. Yo creo que los vamos arreglar. ¡Esperemos! Y si no los arreglamos, me vuelvo a sentar acá", bromeó la panelista para satisfacción de "Angelito". "El se fue en septiembre, los futbolistas son bastante intensos, yo reconozco que también, y bueno, hubo cosas que pasaron, sí. No infidelidad. Y si lo hizo la hizo muy bien porque no me enteré para nada", deslizó.
¿Qué pasó realmente? Natalie explicó que "Estando lejos el flashó algo, me dejó de seguir y yo pensaba que como no corto tickets nadie se iba a dar cuenta. Bueno, lo levantó Juariu, se dio cuenta y al final se supo, se enteraron todos. A esta edad, con 12 años de relación, fue bastante boludo,infantil también. Dale, no da...". Además, Weber reconoció que "las botineras estamos bastante mal vistas socialmente. Para muchos, somos las que nos llevamos la guita, las que los vivimos". En una palabra, las lobas con piel de cordero.
