La novela aporta más capítulos. La trama de Wanda Nara y L-Gante continúa engordando con más situaciones y momentos compartidos, que apuntan a construir un romance, al menos los indicios se direccionan en ese sentido. Ahora, el músico aportó un dato muy íntimo de una velada que experimentaron juntos.
El jueves a la noche, los famosos acudieron al evento de presentación del videoclip que filmaron juntos, ese mismo en el que la blonda aparece desnuda en la cama de su propia casa de Nordelta sobre el pecho del cantante, y se exhibieron muy compinches y cómplices.
En pos de averiguar más pormenores de la relación personal que mantienen hace semanas, en A la tarde se comunicaron telefónicamente con Elían Valenzuela, que con mucha amabilidad aceptó hablar de todo lo que borbotea con la ex de Mauro Icardi.
A prácticamente horas que Nara se suba a un avión y abandone Argentina para reencontrarse después de más de un mes con sus cinco hijos, y su ex marido, L-Gante admitió que va a extrañar a la influencer. Una declaración que se contrapone con esa fachada que tratan de imponer sobre que nunca se besaron ni avanzaron en lo pasional.
En ese diálogo descontracturado, Elián contó una anécdota desconocida, que se entrelaza con aquella famosa cena en un coqueto restaurante, que le significó polémicas por el monto que habría abonado y que despertó la ira de su ex Tamara Báez.
Parece que la idea partió de Wanda y que por eso Valenzuela debía proponerle una devolución de gentilezas, pero lejos de invitarla a un espacio gastronómico de lujo, la llevó a la Costanera Norte, a esos típicos carritos que se emplazan en la vía pública y que ofrecen platos criollos.
El músico narró los detalles de esa noche: “Ella me sacó a comer a Gardiner, y cuando la saqué yo a comer se me hizo tarde y nos fuimos ahí al changuito en la costanera”. Respecto a las exquisiteces que se pidieron cada uno, el cantante confesó: “Yo un lomito y ella un choripán”.
A la hora de aportar las circunstancias que tallaron en esa decisión de acudir a ese lugar, L-Gante admitió: “Eso pasa cuando se te hace tarde y es la una de la mañana y no hay nada abierto”. Mientras que reconoció lo que sucedió en la anterior cita en el resto de alto nivel: “Ahí comí un pulpo y me dijeron que la polenta ahí también es rica”.
