Ha corrido mucha agua bajo el puente. Los tiempos más difíciles quedaron atrás. Sepultados, sin ninguna chance de reencarnar y volver a tener protagonismo. Benjamín Vicuña (39) y María Eugenia Suárez (26) han dejado de ser los malos de la película. Las acusaciones de infidelidad que recayeron sobre el chileno y el rótulo de “robamaridos” que le endilgaron a la China parecen haber perdido fuerza con el paso del tiempo. Fueron dos años complicados, duros de transitar. Tuvieron que aprender a convivir con los cuestionamientos y los prejuicios, después de una abrupta separación de Vicuña, las acusaciones de engaño de Pampita (40) y los dedos acusadores apuntando a María Eugenia como la tercera en discordia y la gran responsable de la disolución de un matrimonio. Por suerte para el trasandino y la mamá de su hija Magnolia, todo es pasado. El presente no tiene nada que ver con esas épocas donde las espinas les ganaron a las rosas. Hoy es distinto. Las aguas se aquietaron. Los números dejaron de ser un problema gracias a un acuerdo económico en concepto de cuota alimentaria para los tres varoncitos que Vicuña tuvo con Pampita, y hasta hubo lugar para encuentros familiares en todo su espectro. Sí, porque después de lanzarle durísimos dardos verbales, la conductora de Pampita Online estuvo, en persona, con su ex y con la propia China.
La cumbre tuvo lugar a fines del año pasado, en Uruguay, y pareció constituirse en el puntapié inicial hacia un futuro libre de rencores. Fue una bisagra, pues desde entonces el nivel de confrontación entre Pampita y su ex bajó notablemente. De hecho, Vicuña viajó a España por compromisos laborales y luego se refugió en Chile, una vez que nació su beba, para estar junto Magnolia y su mamá. Pampita en esos momentos descansaba en el exterior junto a Benicio, Beltrán y Bautista, sus hijos, y los rumores indicaban que era “demasiada coincidencia” haberlos llevado lejos cuando la China estaba próxima a dar a luz. Sin embargo, apenas retornó, Pampita combinó con Vicuña y sus varoncitos conocieron a su hermana. Otro gesto de acercamiento que no solamente fue útil para incrementar el grado de armonía tras la separación, sino que, a su vez, liberó el camino de la felicidad para el chileno y María Eugenia. Todo se hizo más simple y el escenario propició el deseo de comenzar, de una buena vez, a disfrutar plenamente. El lunes 16 la pareja asistió a la presentación de Perdida, la película que tiene como una de sus principales protagonistas a Luisana Lopilato y que ofreció su avant première en el shopping Dot. Fue la primera salida en público que Vicuña y la ex de Nicolás Cabré hicieron solos luego del nacimiento de Magnolia. Todas fueron sonrisas, desde luego. Ya no hay tantos motivos para preocuparse.
A bancar al cine nacional
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