Son jóvenes, famosos y bellos. Ocupan un lugar de privilegio en la consideración artística de millones de fans que diariamente compran sus discos y recurren a las diversas plataformas digitales de moda para escuchar sus canciones. Son Tini Stoessel (22) y Sebastián Yatra (25). Novios, compañeros y confidentes, viven el amor a su manera y aunque no llevan tanto tiempo juntos ya aprendieron las reglas del juego.
Es decir, comprendieron que será necesaria la entereza y la confianza de pareja para que las informaciones, que trascienden sobremanera en las épocas que vivimos, no terminen impactando negativamente en la relación. Un propósito de vara alta, exigente por tratarse de dos que conviven dentro de un ámbito de constantes tentaciones y propuestas indecentes. Un contexto difícil, aunque no imposible para conseguir un equilibrio emocional y darle vida a la armonía conyugal, pues, para ser rigurosos, en las últimas semanas tanto Tini como el cantante colombiano lograron ganarle a la corrientes. ¿De qué hablamos?
De la fortaleza que mostraron para hacerles frente a las versiones de una crisis que, presuntamente, se generó puertas adentro cuando salieron a la luz unas imágenes comprometedoras para Yatra. De pronto, la calma y el bajo perfil que predominaban en el vínculo entre los cantantes amagaron con derrumbarse.
Fueron, quizás, los días más duros para los novios, que de repente se vieron reflejados en las páginas de las revistas o en los segmentos centrales de los programas de televisión por un motivo inesperado y agrio. Imprevistamente, los divertidos videos que solían compartir con sus seguidores en las redes sociales interrumpieron su frecuencia y un silencio que se cortaba con tijera eclipsó un romance definitivamente sano hasta la llegada de ese tambaleo.
La impresión, a lo lejos, invitaba a presagiar la realización de largas conversaciones para replantearse lo sucedido, dado que en la mayoría de los medios empezaba a analizarse un tema espinoso que los tenía como protagonistas. Las elucubraciones fueron las típicas en estos casos. O sea que la posibilidad de una separación tampoco estaba descartada. Una gruesa bola de nieve rodó una y otra vez, fundamentalmente porque ni Tini ni Yatra optaron por salir a aclarar o al menos a dar su opinión respecto a todo lo que se estaba hablando. Días de incertidumbre que se tradujeron en especulaciones de diverso calibre.
Se oyó, por ejemplo, que Tini estaba indignada, pero a la vez se encontraba en una encrucijada, atrapada ante las dos opciones más terminantes: cortar por lo sano y poner un punto final o darle a Sebastián la chance de aclarar lo ocurrido. Y, por otro lado, que bajo ningún punto de vista la intérprete de Violeta se iba a jugar por entero a bajarle el telón a su historia de amor con Yatra por simples trascendidos que no hallaran fundamento en la realidad. El reloj fue corriendo y lentamente las aguas se aquietaron.
La tormenta fue disipándose y los primeros rayos de sol surcaron un cielo que venía negro. Porque después de un silencio que dio lugar a diversas interpretaciones, los dos volvieron al ruedo. Obviamente, conservando el canal de comunicación más utilizado por ellos: Instagram. A través de la mencionada red social, retomaron el contacto con los fans, sabiendo que, por supuesto, la prensa iba a estar pendiente también de lo que fueran a subir.
Así, sin alterar los modos y manteniendo la calma, Tini y Yatra ahuyentaron los fantasmas y confirmaron que, pese a su juventud, entienden cómo deben manejarse en una atmósfera donde los mortales caminan, permanentemente, al borde del precipicio.
