Los sentimientos se entrelazan en su alma. La felicidad y la nostalgia conviven en ella día a día y no le resulta fácil sobrellevarlo. Por un lado, el poder apostar a una carrera internacional, conseguir dónde desempeñarse como actriz en tiempos de crisis, le genera alegría. Por otro, el dejar a la familia, despedir a los seres queridos en el aeropuerto, sabiendo que para el día del recuentro falta una eternidad, le carcome el alma.
Esta ambivalencia tiene a Eleonora Wexler (45) como protagonista exclusiva. De antemano, el año no pintaba de la mejor manera en términos laborales, y la desesperación, ante la incertidumbre, comenzó a jugarle en contra. Justo en ese momento se le abrió la puerta al futuro. La convocaron para protagonizar La valla, una serie española que empezó a filmarse en enero, y no lo pensó dos veces.
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“La crisis está tocando a todos y obviamente golpea a la ficción. Todo está complicado, no sólo nuestro rubro. Tenía pocas posibilidades de trabajo en Argentina, pero nada concreto. Los proyectos que me aparecían se caían. Me apareció esto en Madrid y no lo dudé. Hoy estoy acá y siento una tristeza enorme. Sinceramente, a la distancia se ve peor lo desesperante que está todo. La gente en España no puede creer que las cosas aumentan de un día para el otro, y me cuenta que acá es distinto, que te avisan con seis meses de anticipación cuando algo va a subir de precio. Yo me siento una privilegiada, pero no dejo de amargarme por cómo estamos”, contó en Agarrate Catalina, el programa de Catalina Dlugi.
Con una valija cargada de ilusiones, aterrizó en Madrid. Tendrá que quedarse en tierras españolas hasta junio, y aquí es donde los sentimientos se cruzan. Para colmo, las posibilidades de que le salgan nuevas propuestas están latentes. Pero no quiere saber nada con quedarse en Europa, y el argumento suena razonable.
¡Congoja! Lo que más le pesó en esta decisión fue dejar en Argentina a su hija Miranda. En cada oportunidad que se le presenta para hablar de ella, recalca la relación de amistad que tienen. Se apoyan mutuamente y son confidentes y unidas. Tener que dejarla y no poder verla por seis meses le duele en el alma. “Está la posibilidad de seguir un tiempo más, pero no pasa por mi cabeza quedarme a vivir acá, tengo una hija adolescente y mi vida está en Buenos Aires. Mi hija tiene 15 años, está en cuarto año del secundario, con los caballos y la equitación, que es una de las actividades que más le gustan. No la puedo arrastrar. Compartimos viajes, pero ya no es más una nenita y tiene su vida en Buenos Aires”.
La actriz trabajará en Madrid hasta junio.
Las flojas producciones en Argentina la invitaron a vivir en España.
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¡A escena!