En Argentina, durante los últimos años, se empezó a escuchar con mucha más asiduidad: vientre subrogado. Ya se torna mucho más familiar y no hace falta explicar de que se trata. Sonó raro cuando apareció Ricardo Fort y sus hijos Marta y Felipe, concebidos por ese método. Hoy se sumaron Marley, papá de Mirka, Luciana Salazar madre de Matilda y hasta Flavio Mendoza espera ansioso el suyo.
En el otro rincón, y pese a los años de lucha y burocracia, aparece Marcelo Polino. El periodista no bajo los brazos, sigue adelante con sus incansables ganas de adoptar y convertirse padre. A diferencia de los casos nombrados, el conductor desea ayudar a un chico que no tiene familia y que tiene que pasar sus días en un hogar.
Sin más nada por hacer, espera ansioso ese llamado y recibir gratas noticias. “Ya pasé exámenes médicos, exámenes psicológicos. Llené un montón de papeles y formularios…me han llamado para grupos de hermanos, pero yo estoy apuntado a una criatura básicamente por mi estructura y porque estoy con mucho trabajo”.
Ante la espera que se hace desesperante, en un móvil para Infama desde Carlos Paz, el actor de la obra La isla encantada, descarto cualquier posibilidad de seguir los pasos de su amiga Salazar –Marce es el padrino de Matilda-. “Nunca evalué la posibilidad de subrogar un vientre porque yo lo que quiero es devolverle la vida al universo. Yo quiero ayudar a alguien a que tenga salud y buena educación, a eso apunta mi búsqueda”.
Polino elige mirar el futuro desde otra perspectiva que los famosos.
El año próximo volverá a estar en el jurado del Bailando.
