Adabel Guerrero (41) era apenas una niña cuando pisó Estados Unidos junto a sus padres. Ellos se separaron y su mama regresó a tierra nacional con ella. Desde entonces, la directora artística –hoy da clases virtuales en www.adabelguerrero.com– no volvió ver a tener contacto con el hombre que le dio la vida. Hasta que a fines de abril del año pasado se reencontraron en el primer añito de Lola, hija de la artista y Martín Lamela.
A pocos menos de un año, el aislamiento social obligatorio los volvió a distanciar de Eduardo, de 70 años. Entristecida, confiesa: “Tengo mucha bronca y tristeza con esta situación, más allá de otras broncas y tristezas… Después de reencontrarnos luego de tantos años, de haber empezado a generar una relación como la que siempre quise tener, que hasta me fue a ver a Villa Carlos Paz, se quedó un día allá con nosotros y todo, y Lola ya empezaba a tener relación con él, pasó esto".
"Viste cómo son los nenes, que necesitan tener contacto físico para generar el vínculo. Lamentablemente, desde que arrancó todo esto del coronavirus a mi papá no lo pudimos ver más. Vive en Berisso, a 80 kilómetros de mi casa, y no me es posible llegar hasta allá para ayudarlo. El otro día le decía que hubiera estado bueno vivir cerca para, por lo menos, hacerle los mandados, saludarlo a tres metros y darle una mano, pero no es posible", sigue.
"Con Martín y Lolita estamos encerrados desde que se declaró la cuarentena. Salimos solo tres veces a hacer las compras. Yo hago cursos online con capacitaciones para generar nuevos proyectos", explica Adabel.
"Goza de buena salud, se hace los mandados pero le pedí por favor que salga lo menos posible. Me da bronca que esto va a ir para largo, por lo menos un año. Si bien nos vamos a cuidar todos, no nos vamos a poder ver tan seguido porque es un riesgo para él viajar en tren hasta mi casa. Y yo dependo de que Martín me pueda llevar hasta allá, pero lo pondríamos en riesgo", cuenta.
"Si nosotros nos contactamos con personas que puedan tener el virus, es llevárselo a él. Hablamos día por medio a través de la cámara de WhatsApp pero no es lo mismo que vernos, juntarnos, cocinar juntos, que juegue con Lola, que la nena sepa lo que es tener un abuelo. Estas cosas son bastante tristes y preocupantes, pero es lo que hay…”, cierra en esta primera etapa.
¿QUE PASO?
“Con Martín y Lolita estamos encerrados desde que se declaró la cuarentena. Salimos solo tres veces a hacer las compras. Yo hago cursos online con capacitaciones para generar nuevos proyectos, estoy aprendiendo un montón de cosas de tecnología y generando negocios online porque todo lo que sea obras de teatro o eventos en los que suelo trabajar no sé cómo van seguir cuando se levante la cuarentena. Estaba empezando una obra nueva el 2 de abril, pero con esto no se sabe cuándo ni cómo se va a retomar", explica.
"Necesito generar otras fuentes de ingreso porque también mi escuela de danza está perjudicada con todo esto: está cerrada desde que se declaró la cuarentena. Si no salimos día a día a laburar no tenemos ingresos, por eso tengo que ver qué hago y cómo me arreglo para subsistir para que todo vuelva a la normalidad”, habla sobre el momento económico que nos pega a todos.
¿HAY CRISIS?
“No tuve ningún chispazo con Martín. Estamos mejor y más unidos que nunca. Tanto tiempo juntos hace que disfrutemos más de Lolita y compartamos más cosas. Lo que sí, tuvimos una diferencia cuando nos íbamos a ir de vacaciones y fui la primera en decir que no íbamos a viajar afuera; medio previsora a todo esto, tuve una intuición", recuerda.
Y deja para el cierre un chimento: "Ahí tuvimos un desencuentro de vamos, no vamos, una discusión, pero gracias a Dios Martín también dijo de no ir, llegamos a un acuerdo y agradezco que hayamos tomado esa decisión”.
