Perdido en sus estrategias y convencido de que iba a ganar Gran Hermano, Agustín Guardis no se la vio venir ni por asomo y fue el principal sorprendido con su eliminación, en la noche del domingo 10 de diciembre en la que el público eligió que se quede Nacho, el último de los “monitos”.
Frodo venía mal: de ser el favorito, Frodoneta incluida, cayó en desgracia a raíz de sus repudiables dichos de violencia machista y su gente le bajó el pulgar de un día para el otro. Sin embargo, el chico se fue de la casa con toda la fe en el repechaje, mostrando una actitud muy agrandada.
"La puta madre, ¡¿cómo me fue a ganar este pibe?! La puta que lo parió", se lo oyó decir, segundos después de enterarse del resultado, al entrar al cuarto a buscar su valija. Visiblemente molesto, así fueron sus últimos momentos dentro de la casa.
"Este era mi gran sueño. No sé si se cortará acá o no. No sé qué le depara a cada uno... No tengo nada personal con ninguno. No me extrañen, quizás, dentro de poquito nos volvemos a ver", les dijo a sus compañeros, altanero, no sin antes despedirse con un “los amo, relájense, disfruten”.
Y luego de ser encarado por Tomás Holder en el estudio, Guardia habló con Santiago del Moro sobre sus primeras impresiones. "No me lo esperaba. Pensaba que le podía ganar los duelos a cualquiera, menos a mi amigo Marcos. Con él podía ser muy parejo”, arrancó.
Pero dejó en claro que tenía en cuenta quedar afuera: “En mi cabeza, hace dos semanas, anticipaba que si podía salir antes, podía ser esta semana". "Recién dijiste 'ojo que por ahí vuelvo'. A algunos no les gustó nada. ¿Te creés con fuerza como para volver en caso de que haya repechaje?", quiso saber Del Moro.
Y el joven libertario contestó: "Desde ya. A elaborar nuevas estrategias, a elaborar nuevos movimientos, a jugar con la gente que está adentro, a jugar con la psiquis de la gente que está adentro”.
“Creo que era una de las cosas que me caracterizaba y que quise lograr. Y a volver con mucha más fuerza. Me encantaría", cerró Guardis, ilusionado y todavía sin caer del todo en el que el “león”, como predijo Gastón Trezeguet, se convirtió en “Hello Kitty”.
