Cada cuatro años, los mundiales generan una situación un poco curiosa y muy controversial. Los "futboleros de ley" se sienten invadidos por una "horda de advenedizos con dinero", muchos de ellos famosos, que viajan y ven los partidos mientras ellos deben conformarse con observarlos por la tele. Stefi Xipolitakis, Susana, Marley, Luciana Salazar, la China Suárez, Nati Jota y otros allá, en Qatar, y ellos acá. No se puede incluir en ese grupo a Marcelo Tinelli, tan futbolero que hasta fue presidente de un club, que vio campeón a Argentina en el estadio Lusail de Doha y ahora cumplió la promesa que había hecho: se tiñó el pelo a lo Dibu Martínez.
Tinelli y su hijo Lorenzo, Lolo, estaban muy nerviosos antes de la final contra Francia. No era para menos: como comprobaría luego todo el país, los campeones de 2018 no iban a entregar el trono así nomás o sin dar pelea. Argentina se puso 2-0 en un primer tiempo maravilloso y lo sostenía sin grandes complicaciones en el segundo. Pero faltando 12 minutos llegó la seguidilla de goles de Mbappé que mandó el juego al suplementario.
Las cosas seguirían frenéticas allí. En el comienzo del segundo período, Messi anotó, con suspenso, el 3-2 que muchos imaginaron definitivo. No lo sería: Mbappé volvió a marcar el empate. Hubo penales, pero antes una atajada sensacional del Dibu Martínez que permitió llegar hasta allí. El 4-2 en los tiros desde los 12 pasos le dio a la Argentina su tercera estrella mundialista, sumando la de 2022 a las de 1978 y 1986.
Tinelli y Lolo celebraron desaforados en la tribuna. Marcelo se largó a llorar como un nene y buscó en el abrazo con su hijo un poco de contención y la mejor manera de disfrutar la consagración albiceleste. El, como tantos otros, debió esperar 36 años para soltar una vez más el grito sagrado. Cuando Argentina había ganado su último mundial, en México 86 y de la mano de un Diego Armando Maradona extraordinario y glorioso, faltaban 4 años para que Marcelo debutara como conductor de Videomatch. Miren si pasó tiempo.
Pues bien: en situación de nervios y de susto, la gente es capaz de todo. Por ejemplo, de prometer cualquier locura con tal de que se le de el objetivo que busca. En medio del "peperucho" y de la tensión que generaba el partido contra los galos, Tinelli y su nene estuvieron de acuerdo en hacer una "promesa" para ayudar a la selección a consagrarse en tierra asiática.
El conductor de Canta Conmigo Ahora (para ir al mundial dejó grabado más de un mes de programa, que estará terminando en las próximas horas) y su hijo prometieron que se harían "el color del pelo de Dibu Martínez" en caso de que llegara el triunfo argentino. Y después de festejar como locos la consagración y de sufrir en el Aeropuerto de Ezeiza, los dos se sentaron en la peluquería y entregaron sus cabellos a las manos del artista. Les queda bárbaro, como las tres estrellas al escudo de la AFA.
