Luego de pasar meses difíciles y tristes, en los que le tocó despedir a su marido y compañero de vida, Marcelo Frydlewski, Ana Rosenfeld decidió armar las valijas y viajar a Punta del Este, donde disfruta los veranos desde que tiene memoria.
Es que ahí, frente a La Mansa, Ana tiene un refugio, su lugar en el mundo: un impactante departamento con pisos de porcelanato que balconea sobre el mar. En diálogo con Hola Argentina, la abogada abrió las puertas de su casa y contó lo que es volver a este paraíso sin su esposo, que murió en octubre a causa del Covid, en Miami.
“Acá podés ver la inmensidad de La Mansa desde que empieza hasta que termina”, detalló la letrada de Wanda Nara, que todavía siente a su marido en cada recoveco de su casa y del balneario más top de Sudamérica, donde disfrutaron un sinfín de temporadas, solos, o con sus hijas.
“Estuvimos juntos 37 años y ahora quedé yo sin él. Pero lo sigo sintiendo…. en la cama, en la cocina, en el comedor… Lo siento y extraño en todos los rincones de Punta del Este”, señaló Ana, que este año voló a Uruguay a inicios de enero para atravesar los momentos de tristeza y duelo en esta hermosa propiedad llena de vida.
“Lloré como una loca cuando llegué a Uruguay, me quebré en mil pedazos. Ver que él no está es un golpe al alma. Pensá que acá Marcelo era el hombre era más feliz de la tierra, vivía mirando el mar, sentía que respiraba aire puro”, aseguró.
Aires noventosos, colores brillantes, recuerdos de sus viajes por el mundo y mucha impronta personal dominan esta vivienda donde el arte y el gusto de Rosenfeld respira a cada paso. No en vano, la abogada alguna vez definió este lugar como "su refugio".
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