Jimena Cyrulnik está atravesando uno de los mejores momentos de su vida. Y es que luego de una pandemia que golpeó al mundo actoral y que la obligó a maniobrar la crianza de sus hijos junto a su expareja, ahora la modelo se encuentra disfrutando de un nuevo amor, y también, de un nuevo hogar.
Cabe recordar, que cuando se dictó la cuarentena obligatoria en Argentina, la empresaria decidió continuar con la convivencia junto a su expareja, Lucas Kirby, para así poder estar en familia y sostener y contener a sus pequeños Calder y Tyron.
No obstante, cuando las aperturas paulatinas comenzaron a surgir, oficializaron su divorcio y tomaron caminos por separado aunque, claro está, siempre bregando por el bienestar de sus hijos.
Pero su nuevo amor no llegó tras esta ruptura oficializada, sino que lo conoció en marzo del año pasado, en uno de los últimos asados con amigos que hicieron con su grupo previo a que el coronavirus azotara al país, y al mundo.
Asimismo, Jimena dejó en claro que su pareja no quiere que se conozcan datos de su vida privada, por lo que mantuvo en secreto desde el nombre de él hasta sus gustos personales. De todas maneras, se conoció que oficializaron su relación y hasta ambos fueron presentados con las familias del otro.
“Fue un flechazo. Durante el aislamiento seguimos hablando por teléfono, conociéndonos, y después pudimos volver a vernos. Ya lo conocen mis hijos, Lucas, toda mi familia. Tenemos una relación súper afianzada, y hace un año y pico que estamos juntos”, explicó Cyrulnik en una charla íntima con La Nación.
Por otra parte, la modelo también habló de cómo fue la convivencia con su expareja durante la pandemia, y a pesar de que admitió “que lo volvería a hacer” y que Lucas le brindó “esa sensación de seguridad” que necesitaba en tiempos de tanta incertidumbre, y especialmente con menores, luego de que todo cedió un poco, optó por mudarse a una casa más pequeña.
“Me mudé. Con Lucas vivíamos en una casa que quedó muy grande, y nos mudamos a un departamento en la bahía de Nordelta”, explicó Jimena. Además, dejó en claro los grandes cambios que tuvo que atravesar en este último año: “Movimientos, cambios y adaptación. Pero estoy feliz”.
“Me levanto y voy al taller a diseñar y me siento contenta. En casa hay un espacio donde tengo mis muebles, mis centímetros y mis hojas para dibujar, y después voy a la fábrica que me hace el producto y a la modelista que le da forma. Es un trabajo en equipo”, continuó detallando cómo es su nueva vida, en donde está promocionando su campaña de trajes de baño.
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