Lara Bernasconi tiene una hermosa familia ensamblada con el empresario Federico Álvarez Castillo y un presente envidiable luego de algún que otro escándalo. Sin embargo, años atrás, a la ex modelo le tocó vivir un momento horroroso que empezó como una película de terror y terminó en un milagro absoluto.
Inaki, su hijo, se cayó desde el balcón de un primer piso cuando tenía poco más de un año. “Hay tres días que fueron los peores de mi vida. Uno cuando mi papá me dijo que tenía cáncer, otro cuando se murió. Y el tercero cuando Iñaki se cayó del balcón”, recordó Bernasconi, en diálogo con Tatiana Schapiro.
Lara se acuerda de todo lo que ocurrió esa tarde, mientras regaba con su hijo las plantas del balcón de su habitación que tenía una baranda “un poco bajita, pero Federico, siendo padre de tres, me decía que estaba perfecta”. Fueron unos segundos en los que ella se dio vuelta para correr una silla que alcanzaron para que el bebé trepara.
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“No sé cómo hizo para irse para adelante, cuando me volví a dar vuelta ya se había caído. Traté de agarrarlo y no llegué. Lo vi caer y no lo pude agarrar”, relató, aún impresionada. Horrorizada y muerta de miedo, Bernasconi bajó a los gritos corriendo y llorando y cuando llegó a la planta baja lo vio: “Estaba en el piso, parado”.
EL MILAGRO DEL HIJO DE LARA BERNASCONI
“Estaba parado llorando y gritando: ´Mamá, mamá´. Ahí le tiré un poco de agua, lo llamé a Federico y le dije: ´Se cayó Iñaki del balcón. Lo único que quería era llegar al hospital, que llegué en tres minutos. Y fue un milagro”, rememoró Lara Bernasconi.
Lo cierto es que, a pesar de caer de un primer piso, Iñaki no se hizo ni un raspón. “Yo quedé muy mal durante varios meses”, reconoció Lara, temerosa de que le pasara algo en el futuro. “Le habían hecho estudios de todo, pero un médico me había dicho que podía pasar que algunas venitas después exploten. Gracias a Dios no pasó, y hoy está bárbaro”.
Sobre este milagro, Lara tiene una explicación: “Para mí lo agarró mi papá y la Virgen de yeso que era de mi abuela, y yo la había puesto mirando para ese balcón hacía dos semanas. Para mí fue eso”.
