Para Alejando Iglesias fueron 98 días dentro de “la casa más famosa” del país. Poco tiempo para ganar Gran Hermano (edición en la que se consagró campeón Cristian U), pero el suficiente para hacerse un lugar el corazón de los televidentes con su historia de vida que, en ese momento, no era tan común de ver en la pantalla argentina.
Porque Ale visibilizó las luchas de las personas trans, bastante tiempo antes de la conquista de importantes derechos, como el de de cambiar su nombre y su sexo en su DNI. Después de su paso por el reality de Telefe, el joven empezó a militar por las causas LGBT y en 2015 entró al Ministerio de Desarrollo Social de la Nación.
A pesar de que actualmente sigue en ese trabajo, Iglesias contó que atraviesa serias dificultades económicas y que el salario no le alcanza para vivir, como a la mayoría de los argentinos que, aún teniendo empleo, no superan la línea de pobreza.
“Siempre trato de no ser negativo, pero no llego ni a principio de mes. Salí varias veces a hacer changas, repartos. Tengo un autito y entonces hice repartos para Mercado Libre, viajecitos particulares”, dijo a Juan Etchegoyen.
Ale comentó que, por ahora, dejó de hacer repartos en la vía pública porque la calle lo “vuelve loco”. “Es terrible”, señaló en la entrevista para Mitre Live, donde contó las complicaciones que enfrentó mientras probó con esos rebusques.
“En uno de esos repartos, choqué el auto y el arreglo me sale más caro que todo lo que gané en un año. La verdad es que no se llega”, siguió, antes de decir que está “cansado de pelearla”.
Iglesias explicó la realidad de las personas trans que trabajan en el Estado: “Tenemos sueldos muy bajos porque no tenemos formación académica. En mi oficina somos veinte personas y son todos con título, y están ganando el doble que yo, y es un área de Diversidad Sexual”.
En este sentido, aseguró que ese empleo le sirve “para el día a día”. “Lo hago para comer hoy y mañana haré otra cosa. Y así, el sueldo siempre es para pagar los impuestos y no llegás”, indicó.
“Las personas trans tenemos sueldos muy bajos porque no tenemos formación académica. En mi oficina somos veinte y son todos con título, y están ganando el doble que yo".
Sin embargo, el ex participante de GH se mostró agradecido de estar bien de salud en plena pandemia. “Lo económico está jodido, no te deja de dar nervios y ataques de hígado cuando no llegás ni a fin de mes, pero tenés que respirar hondo y decir ´por lo menos estamos vivos´”, cerró.
