Nazarena Vélez y Daniel Agostini fueron una de las parejas más explosivas durante los comienzos del 2000. En una historia de amor que tuvo cientos de polémicas, la que ayer habló fue la vedette, que al parecer se fue de boca en sus dichos y Barbie Vélez le envió un mensaje para callarla.
Como en LAM le hicieron una nota al cantante de cumbia y profundizó en su familia, detalló lo importante que era tener una unión entre todos. Con elogios repartidos hacia su ex por lo buena mamá que es con el Chino, el hijo que tienen en común, también hizo un comentario que no pasó por alto.
Así como reconoció que tuvo algunos encuentros con ella debido a que tenían temas que hablar entre padres, aseguró que hace tiempo no están en contacto y hay cierta distancia. Con los compromisos que ambos tienen, sólo dio a entender que se contactan por lo justo y necesario.
Cuando en el piso volvieron a retomar lo que dijo, Ángel de Brito le consultó con quiénes sospechaba Daniel que Nazarena lo engañó, luego que ella afirmara que la iba a odiar de por vida. "Daniel los quiere a toda mi familia, con todos se lleva bien, pero a mí me odia. Me va a odiar hasta el día de su muerte. Creo que él está seguro de que yo lo cagué", comentó la panelista.
QUÉ ES LO QUE DIJO NAZARENA VÉLEZ
Indagando más en esa cuestión, Vélez comenzó a soltar su lengua y se fue un poco de boca ventilando algunas intimidades de su vida privada y la de Agostini: "Lo juro por mis tres hijos, yo no lo cagué nunca. Sí, al tiempito, como yo estaba muy desgastada arranqué a… salir".
Recordando un tema del cual ya pasaron 17 años, está claro que ambos lograron superarlo y ya no repercute en la actualidad. Sin embargo, para no seguir entrando en polémicas que no tienen sentido traerlas a la actualidad, la hija de Nazarena le puso un freno.
"Barbie me está diciendo callate, mona", comentó Vélez entre risas. De todas maneras, la angelita no dio por cerrado su descargo y reveló qué pasó entre ellos dos para que se terminaran separando: “Era muy celoso y no le gustaba que trabaje".
