Un montón de motivos transforman a Marzo en el temido lunes del año. La temporada de verano queda atrás, adiós vacaciones, hola laburo, arranca el otoño, mallas, sombrillas, reposeras y bronceadores se guardan hasta nuevo aviso, reaparecen jefes y gerentes y también vuelven las clases. Los chicos a la escuela (con el jeroglífico que suponen los actuales protocolos) y los padres a pagar las cuotas. Ufff, qué garrón.
Obviamente, los artistas no están exceptuados de todas esas "reglas" que impone el tercer mes de cada temporada. A ellos también los afectan, algo que dejó en claro Gonzalo Heredia con una irónica publicación en su cuenta de Twitter con la que muchos usuarios coincidieron.
Heredia, marido de Brenda Gandini (se casaron en una novedosa ceremonia desarrollada en una playa de México) y padre de de los preciosos y revoltosos Eloy y Alfonsina, subió un "gif" de un hombre golpeándose la cabeza una y otra vez contra una puerta y la acompañó con una frase por demás elocuente, propia de esta época que hace crujir cualquier bolsillo: "¡¡¡Qué bueno, llegó la cuota del colegio de mis hijxs!!!".
Heredia es un activo usuario de las redes sociales, a las que utiliza para promocionar espectáculos, recomendar o sugerir lecturas (es un fanático de los buenos textos, y también los escribe) y para dar algunas opiniones sobre los temas más diversos, como sucedió en esta oportunidad.
La educación privada es uno de los rubros que empujó para arriba la de por sí preocupante inflación que sufre la economía argentina. La proyección oficial habla de un incremento de precios del 29 por ciento para todo el año, pero entidades y analistas privados se animan a arriesgar unos puntos más todavía. Ojalá todos se equivocaran por exagerados, pero parece imposible.
Una buena para Heredia es que ya se consigue la segunda edición de su libro, titulado "Construcción de la mentira". "En Mercado Libre o en su librería amiga" lo promociona él. Ahí hace clink caja. Cuando va a la escuela, en cambio, se modifican los papeles y es.... poniendo estaba la gansa.
