Pampita es una máquina de trabajar. Como ella misma confesó, lo que hace la apasiona y se dedica día y noche, incluso, por las madrugadas cuando se le ocurre alguna idea, se levanta y arranca a capitalizarla. Porque Carolina Ardohain no solo es un producto comercial, sino que es su misma empresa, representante y activista.
Pero un día no pudo mas de tantos compromisos laborales y rompió en llanto. El cansancio le jugó una mala pasada, le ganó y necesitó expresarlo a través de las lágrimas. En Siendo Pampita, su reality sobre maternidad y vida cotidiana que sale por Paramont, la conductora se mostró superada por sus obligaciones.
En le capítulo cuatro, se ve a Carolina desbordada antes de comenzar con una sesión de fotos, confesando su cansancio ante la mirada atónita de quienes tenían pautado trabajar con ella y recibiendo la contención de su maquilladora y amiga, Estefanía Novillo, de su vestuarista Mechi Ugarte y de su peluquero, Zacarías Guedes.
“Hay algo que pasa con mi cansancio y es que es acumulativo. ¡No doy más! Pero no doy más desde que abro los ojos”, confesó Carolina, mientras se tapaba la cara porque el llanto brotaba por sus ojos. Acostumbrada a la actividad 24 x 7, esta vez la necesidad de “parar la pelota” se había instalado en el cuerpo de la ex modelo, que trabaja desde que era una adolescente y nunca le puso un freno a sus actividades.
“Llego a un lugar a la una de la tarde en donde sé que tengo que estar doce horas de corrido trabajando sin parar. Es una sensación de ‘no puedo más’”, se sinceró Ardohain, a corazón abierto, el mismo con el que recibiño la canción que le hizo su marido, Roberto García Moritán.
En ese momento, la cámara que documentaba todo lo que le sucedía reflejó, con honestidad brutal, el malestar que sentía por dedicarle tantas horas al trabajo que le dio sus frutos pero que llegó al punto de agotarla como, quizá, lo hizo la China Suárez, a quien le rechazó un regalo.
